Traviesos como solo ellos, dos cabritos fueron rescatados de un pozo de 15 metros al que cayeron luego de saltar sobre la lámina que servía de tapadera del agujero. Las dos pequeñas cabras jugaban en el patio de la casa, supervisadas por su madre y por Steven, el dueño de los animales.

Pero la rapidez y energía de las crías las alejó por un momento de la supervisión de la mamá cabra, y del niño pastor, que solo pudo ver como los dos ejemplares del rebaño se fueron al fondo del pozo de la casa, por lo que no tuvo más opción que pedir ayuda de Bomberos de El Salvador.

Fue así que personal especializado de esa institución del Gobierno llegó al lugar, y luego de evaluar la situación decidió bajar a uno de sus hombres para rescatar a las cabras. Uno de los especialistas de la Unidad de Rescate Vertical y Cuerdas, fue el que se aventuró hacia abajo en busca de las dos traviesas.

Al inicio no se escuchaba ningún ruido y se temía lo peor, pero a medida que el bombero fue descendiendo más, una de las pequeñas comenzó a llorar.

La madre, en la superficie, no había dejado de llamarlas con su berreo, una y otra vez. Las dos víctimas estaban asustadas, pero al comenzar a ver la luz, mientras salían del foso, una de ellas comenzó a comunicarse con su madre.

La madre fue llevada a otro lugar del patio, ya que se puso inquieta y nerviosa al escuchar de nuevo a sus pequeños, a la vez que en cualquier momento podía interferir con el rescate.

Al final el descenso no fue en vano y las dos pequeñas cabras subieron a superficie con vida, aunque una de ellas con un golpe en una pata.

Steven, agradeció a los Bomberos de El Salvador, prometió curar a la herida, así como cuidarlas mejor en el patio de su casa.

Tras evaluarlos, solo uno de los cabritos sufrió una lesión en su pata, la cual Steven, quien tiene otras siete cabras más y una vasta experiencia se encargaría de sanarla. pic.twitter.com/yTKsz4bFLj

— Bomberos El Salvador (@BomberosSV) May 23, 2020