Un niño de 10 años protagonizó una persecución que se extendió por varios kilómetros en una carretera en Ohio, Estados Unidos.

El menor tomó el carro de su papá y condujo por la vía, alcanzando una velocidad de 160 kilómetros por hora.

De acuerdo al reporte de Univisión, las autoridades lograron darle alcance cuando el intrépido conductor entró en una zanja, lo que fue aprovechado para interceptarlo con dos camionetas policiales que provocaron que se detuviera, aunque antes se estrelló contra una señal de tránsito.

La cadena de televisión informó que cuando el niño fue puesto en custodia intentó escupir la cara de varios policías que se encontraban en la estación. "En las últimas dos semanas ya había tomado el auto de la familia y había hecho lo mismo", según Univisión.

Para darle alcance al intrépido conductor fueron necesarias al menos cinco patrullas policiales y la participación de unos ocho agentes.