Los momentos mágicos de Jorge González hicieron vibrar no solo a la afición, sino también a los narradores deportivos, quienes encontraban una buena ocasión para relatar jugadas fuera de lo común.

A continuación rescatamos algunas hazañas del exseleccionado nacional, que fueron emotivamente descritas en algunas emisoras radiales de España.

1) 26 de noviembre de 1983. Cádiz versus Barcelona, minuto 23

Dieguito cede la pelota a Mágico en las inmediaciones del área cadista. El salvadoreño se ladea hacia la izquierda y avanza en velocidad hacia el terreno azulgrana. Dribla a Víctor, deja a Esteban por los suelos, burla la feroz entrada de Sánchez, le quiebra la cadera a Alessandro, que también queda tendido en el césped… Mágico entra al área chica del barza, el guardameta Urruti inicia la salida pero Mágico le cruza la pelota hacia el segundo palo… Un gol de ovación y pañuelos blancos en las gradas.

2) 14 de septiembre de 1986. Cádiz versus Santander, minuto 69

Cabrera le pasa el balón a Mágico en el lateral del área grande. El salvadoreño inicia la escapada y en la frontal se topa hasta con cinco defensas que le cierran el paso… Mágico finge un pique pero hace un increíble quiebre en un palmo de terreno, burla a todos los rivales y sigue avanzando. El arquero Alba sale a la desesperada para cubrir espacio, pero Mágico González con enorme sangre fría y suprema destreza le eleva por encima la pelota y la aloja en las redes… Increíble… El portero santanderino se incorpora y se dirige a Mágico para felicitarlo por ese poema de gol.

3) 17 de abril de 1988. Cádiz versus Murcia, minuto 6

Mágico González roba el balón a Ibeas en el centro del campo pimentonero. Mágico se escora hacia el lateral derecho, gira y se mete en veloz diagonal al área murciana… Amador sale del arco para enfrentarlo, el salvadoreño amaga una fuga hacia la izquierda pero se para en seco y con un toque exquisito envía el balón por vaselina hacia las redes… En el graderío hay flamear de pañuelos y gritos de ¡torero, torero! 

4) 25 de abril de 1988. Cádiz versus Valencia, minuto 31

Mágico González se hace de un balón en la línea medular valencianista. Se dirige al centro de la cancha y desde allí inicia la carrera hacia el área enemiga. Fernando lo persigue y le mete fuerte la pierna pero no logra detenerlo. Giner y Boro lo enfrentan, se olvidan del balón y tratan de cazarlo pero el salvadoreño elude hábilmente ambas tarascadas y a unos dos metros del área se percata de que el portero Sampere ha salido a la desesperada, sin parar, en carrera abierta, Mágico pica la pelota y esta entra por vaselina a la portería valenciana… El público del estadio Luis Casanova se entrega al genio salvadoreño.

En junio de 1991 el editor de deportes de El Diario de Cádiz, Francisco Perea, escribió un artículo en el que, entre otras cosas, decía lo siguiente:

“El salvadoreño Jorge Alberto González Barillas, el Mágico, se metió en el bolsillo a toda Cádiz, y esta lo hizo su ídolo y le personó su afición a las noches de farra. Lo que importaba era que cada domingo desparramara todo el arte que tenía dentro, una finta, un regate, un quiebre, un amago, una pirueta, un recorte, y las gradas se rendían a sus pies en claro reconocimiento a su genialidad.

Era cierto. El año 2001 Geovani Galeas realizó en Cádiz un extenso reportaje sobre el futbolista salvadoreño, y entre los muchos testimonios que recogió entre los gaditanos se destaca el siguiente:

“Mire usted, uno dice Mágico y dos palabras vienen a la mente: arte y polémica. Porque a ese extraordinario toque de balón, cambio de ritmo y endiablada visión de juego, Mágico unía un sentido de la vida que no cuadraba con el sistema. Pero en fin, tanto por aquello como por lo otro es que su genio caló hondo entre nosotros y así nació en Cádiz el magiquismo. Por eso es que ante el Mágico González hay que quitarse el sombrero, hay que honrarlo y venerarlo y subirlo a los altares del fútbol mundial”. 
   
En su libro, Geovani Galeas consigna dos extrañas pero muy reveladoras respuestas que le dio Jorge Gonzáles en una entrevista:

-¿Cómo es su proceso mental, Jorge, cómo piensa usted?

-No, yo nunca pienso. En mi cabeza lo único que hay, desde que era muy pequeño, es una música. Si esa música está bien hay Mágico. Pero si el volumen está muy alto o muy bajo, o si está mal sintonizada, entonces no soy nada ni dentro ni fuera de la cancha. El problema es que no soy yo quien tiene el control, no soy yo quien sintoniza o sube o baja el volumen. Nunca he sabido quién lo hace”.

-¿Y cómo suena esa música, la puede silbar o tararear?

-Solo puedo decirle que es una música suave, tibia, blanca y lejana.

-¿Dónde se siente usted mejor, Jorge, en el bar o en la cancha? 

-Ah pero esa no es una pregunta, es una jugada de dos bandas y yo solo juego billar los domingos en el estadio.

Así son los genios.