El presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu, y el ex mandatario del club español Sandro Rosell asumieron que existió delito fiscal en el fichaje del brasileño Neymar, después de que la junta de la entidad azulgrana aceptara un pacto con la Fiscalía española y la Abogacía del Estado.

La directiva del Barcelona con Bartomeu al frente optó hoy durante una asamblea atender la recomendación de los servicios jurídicos del club y plegarse a la propuesta de asumir el delito fiscal y pagar 15 millones de euros por las cuotas defraudadas en el fichaje del astro brasileño y una multa de 5.5 millones de euros. A cambio pondrá fin a la causa penal que se sigue desde hace meses en la Audiencia de Barcelona.

El club azulgrana, que siempre sostuvo que no cometió delito fiscal alguno en la contratación de Neymar y que no aceptaría ningún pacto, dio así marcha atrás en su postura y asumió una culpa que siguió negando de palabra.

"Es lo mejor para el club y lo hicimos para evitar la incertidumbre y las interpretaciones, para fijar un criterio clarísimo en temas fiscales y para evitar la posibilidad de un mal mayor", se explicó Bartomeu tras anunciar la medida.

"Esto ayudará, además, en el otro proceso abierto a Neymar (la empresa DIS reclama por derechos en el traspaso del futbolista). Hemos querido pararlo todo y ahora ya sabemos cómo jugamos", prosiguió el presidente azulgrana.

El mandatario barcelonista anunció hoy mismo que si la Asamblea de Compromisarios ordinaria del club no aprueba su gestión -este pacto incluido-, abandonará su cargo. 

"Si el socio del Barça cree que esto está mal, nos iremos", aseguró Bartomeu. "Pero la decisión la toma la Fiscalía. Ni Rosell ni yo hicimos nada mal, ninguno de los presidentes intervino en la planificación fiscal del fichaje", agregó.

La junta aprobó aceptar el pacto con 14 votos a favor, dos en contra y dos abstenciones, tras seis horas de debate. 

"Nos exoneran porque no tenemos responsabilidad. El club sí tiene una responsabilidad y no podemos señalar a una persona o a un asesor porque mucha gente trabajó para traer al jugador. Pero hubo ciertos errores fiscales y es lo que hay", añadió.

El primero en levantar la voz fue el también ex presidente del Barcelona Joan Laporta, quien tras calificar la decisión de "maniobra indecente" pidió la renuncia "inmediata" de la junta.

"Si no dimiten inmediatamente, tendremos que hacer que se vayan mediante una moción de censura", avisó Laporta en declaraciones a la radio catalana Catalunya Ràdio. "La dignidad del Barça no se pacta con nadie".

La Fiscalía española reclamaba al conjunto de los implicados 63 millones de euros y penas de cárcel por dos delitos fiscales cometidos en los ejercicios fiscales de 2011 y 2013.

Bajo la presidencia de Rosell, el Barcelona pagó casi 40 millones de euros al padre de Neymar por un fichaje que durante mucho tiempo cifró en 57,1. Hace apenas unos meses, el club azulgrana reconoció que, en realidad, la contratación del astro brasileño se había elevado a 86,2. Aun así, mantuvo que nunca cometió delito fiscal.

La causa, abierta a raíz de la denuncia de un socio, tenía razón de ser, pues según la Hacienda española el Barcelona defraudó 9.3 millones de euros al declararlos como salario de Neymar y no como prestación de servicios.