“Empecé a correr cuando tenía 13 años, corría por las calles de Santa Ana y como entonces estaba la guerra, a veces mientras corría, me encontraba con cuerpos de gente que habían sido asesinadas en la calle, era triste y eso es lo que más recuerdo… pero correr siempre me he dado una sensación de dignidad, de fe”.

Esta frase define la historia de Luisa Rivas, una salvadoreña que se inició en el running hace 40 años, cuando en El Salvador casi nadie veía esta disciplina como un deporte serio y de rendimiento. Ahora vive en Los Ángeles, California, donde también corre y se ha vuelto parte trascendental de su vida. 

En cada competencia, Luisa derrocha esa sensación de dignidad que le ha dado el running. Hace una semana completó su maratón 40 en Estados Unidos y su carrera no termina ahí. La salvadoreña espera cumplir su sueño de llegar a las dos competencias más importantes de este país: la Ultra Maratón y la Bulldog Trail of Race.

“Cuando salía a correr en El Salvador algunas personas me decían, como era bien seca –se ríe a carcajadas-, que se me iba a 'tancar' la sangre de tanto correr, pero ante eso yo siempre recordaba las palabras que mi abuela me decía: 'hay que buscar el lado positivo a todo' y poco a poco eso me animaba a correr más”, recuerda la salvadoreña.

Esta es Luisa a los 13 años (derecha) cuando corrió sus primeros 10 kilómetros en 1979 en Santa Ana. En la otra, una de sus últimas competiciones en diciembre del año pasado. 

A los 18 años, llegó a Estados Unidos. Aunque dejó muchos recuerdos y a muchas personas en su país, Luisa trajo consigo la disciplina, la persistencia, la pasión y su positivismo para continuar el running.

“Para mí, correr significa un triunfo personal. Me he podido integrar a una comunidad donde todos compartimos el deseo de llegar a una meta y cumplir sueños. Cada vez que corro yo siento que represento con orgullo a mi país y a la comunidad latina”, dice la corredora.

Los estudios de secretariado que realizó en El Salvador le abrieron puertas y le ayudaron a seguir superándose en el país del sueño americano. Desde entonces, Luisa trabaja como secretaria de la Corte Superior de Los Ángeles, en el Departamento de Abuso Infantil, ahora ya tiene 30 años de laborar para esa institución.

“Vivir en El Salvador, no solo me ayudó para formar ese deseo de correr. También me ha ayudado ahora en mi trabajo, uno nunca sabe a quién se ayuda después. Cuando llegan niños o jóvenes que son de mi país y no hablan inglés yo me identifico con ellos, les digo que también soy salvadoreña y eso les ayuda a sentirse menos nerviosos”, dice la salvadoreña.

Luisa tiene un estilo propio para su imagen cuando practica el running. Siempre se le ve muy fashion en las carreras, en algunas suele utilizar pelucas de colores al preguntar la razón la corredora responde mientras ríe:

“Bueno, me gusta sentirme más feliz cuando corro y siento que cuando me pongo las pelucas o por ejemplo cuando me disfrazo para las carreras de Halloween no solo me divierto yo, sino que también hago que los demás la pasen bien”, confesó.

No es fácil ser runner y mujer

Luisa no deja el running ni un solo día de su vida, prefiere correr cinco millas todos los días a la hora del almuerzo en vez de ocupar ese tiempo para salir con amigos o para ir a un restaurante. Sin embargo, ser constante y disciplinada no ha sido fácil.

“Para uno de mujer no es fácil combinar las pasiones que tenemos. Ha sido muy difícil para mí continuar haciendo esto que me gusta tanto y todo se volvió más difícil cuando nacieron mis hijos. Desde siempre he sido mamá y papá para mis hijos y no ha sido fácil, pero siempre le busco el lado positivo a las cosas”, dice con seriedad la mujer.

Aunque ahora sus hijos tienen 22 y 19 años, reconoce que siempre la necesitan. Ambos son jóvenes con discapacidades, pero sus hijos la han inspirado. Ahora esa inspiración se ve reflejada en algunas carreras. Luisa corre a beneficio de los niños autistas y de los niños que viven en casas de cuna y cuando lo hace siempre usa peluca azul.

“Antes de tener a mis hijos yo corría más de tres horas todos los días. Ahora no puedo dejarlos tanto tiempo. Me levanto temprano para prepararlos para la escuela, salgo a correr una hora en las tardes y mi hijo mayor a veces me acompaña, pero mi hijo más pequeño no puede acompañarnos y no puedo dejarlos solos”, dice Luisa.

La corredora ha encontrado la forma de continuar con sus entrenos sin descuidar a sus pequeños. Se levanta muy temprano a diario para preparar a sus hijos para la escuela. Luego, aprovecha media hora antes de ir al trabajo para ir al gimnasio para hacer pesas y mantener la resistencia en los músculos.

“Cuando una mujer se convierte en madre, todo cambia, las responsabilidades son más grandes, hay otros obstáculos en la vida, pero las mujeres especialmente, tenemos el don de hacer muchas cosas al mismo tiempo y de encontrar la forma de superarnos incluso con muchos obstáculos”, señala.

Al medio día, a la hora del almuerzo, Luisa corre cinco millas y cuando está preparándose para alguna competencia su meta se extiende. Los lunes y los jueves son los días para correr con sus hijos y los domingos se dedica a entrenar en senderos de montañas para las carreras rurales.

“Cuando empecé corriendo en El Salvador era como un chiste, pero hoy que es un deporte reconocido. Aunque no ha sido fácil, he salido adelante y llegado lejos. Este es un deporte físico y emocional porque como corredor y como mujer uno aprende a gozar de ese dolor que nos hace aprender, entonces ese dolor después se convierte en amor emocional”, dice la salvadoreña.

Inspiración para otros

La pasión por el running de Luisa, no ha sido solo su inspiración para superar muchas metas en la vida. El ejemplo de la salvadoreña también ha servido a otras personas que la han visto en las calles o en las competencias corriendo.

“Correr no solo le ayuda a uno no solo para divertirse uno, también a determinarse o a desarrollar el cuerpo, el alma y la mente y nuestro ejemplo ayuda a otros. Ayudo a algunas personas como coach y les animo diciendo que uno empieza caminando pocos kilómetros, pero después en una cuando nos vemos corriendo, uno se siente feliz”, explica la corredora.

Luisa realiza sus entrenos diarios junto a los runners de Rundaylay, A Runner's Circle, Latins Runners y Runetfast de Los Angeles. “Para mí la vida se trata de dar y recibir y así como compartimos con otros recibimos, por eso me siento muy feliz de poder correr juntos a estos grupos y aportar en todo lo que puedo”, dice.

Y agrega: “Cuando estoy corriendo con otras personas siempre trato de decirles que deben confiar en sí mismos, que al principio es difícil pero después en un año cuando uno se ve corriendo se siente satisfacción de haber podido lograrlo”.

Sus siguientes metas

Aunque ha corrido 13 maratones de Los Ángeles, Luisa aún quiere completar varias carreras más. Este año por una diferencia de 47 segundos no pudo entrar a la lista de participantes de la famosa maratón de Boston, en Massachusett, que se realiza en abril todos los años, ni tampoco a la Nueva York, que es en noviembre cada año.

Pero la salvadoreña no se da por vencida y va a continuar con sus entrenos para mejorar sus tiempos y su rendimiento. Así volverá a aplicar nuevamente a estas competencias. Una de las metas más cercanas para ella son la Bulldog Trail Race, que es una competencia de rendimiento de montaña que se desarrolla en Los Ángeles.

“Yo voy a seguir preparándome para estas competencia que me faltan porque creo que es importante cultivar el amor por el deporte, eso nos pueda ayudar con muchas cosas de nuestra vida y mientras siga corriendo yo seguiré representando a mi país”, dijo la corredora salvadoreña.