La noche del viernes trajo una de las veladas de postemporada más emocionantes que se recuerden, con los Mariners protagonizando una remontada en el octavo inning en el primer juego, y luego Shohei Ohtani haciendo algo que nadie había hecho –y que seguramente nunca será igualado, a menos que sea por él mismo– más tarde en el Dodger Stadium.

La barrida de los Dodgers sobre los Brewers en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional significa que no habrá más días con múltiples juegos de béisbol hasta la primavera. Pero el único juego de este domingo es más que suficiente, por decir lo menos. Los Blue Jays podrían ganar y forzar un juego 7 o los Mariners podrían llegar a la primera Serie Mundial de su historia.

Mucha responsabilidad para Yesavage

No hay una persona involucrada con los Blue Jays que no dé fe de que Yesavage posee una madurez que va más allá de sus años. Kevin Gausman, Max Scherzer, el manager John Schneider, todos deliran con el muchacho. “Uno como que pierde de vista el hecho de que tiene 22 años”, dijo Schneider.

Pero la cuestión es: tiene 22 años. Y no solo tiene 22: es un joven que solo ha lanzado en cinco juegos de Grandes Ligas en toda su vida. ¡Cinco! Ahora, dos de esos juegos han sido en la postemporada, pero cabe decir que en solo uno de ellos salió bien. Todos recordamos esa apertura dominante contra los Yankees en la Serie Divisional, pero los Mariners lo golpearon bastante bien en el Juego 2 de esta serie, castigándolo con cinco carreras en cuatro entradas en una victoria de Seattle por 10-3.

Y ahora el sexto juego de su carrera en la MLB es, básicamente, el juego más importante de los Blue Jays en más de 30 años. Toronto tiene a Chris Bassitt, Eric Lauer y potencialmente a Braydon Fisher disponibles si Yesavage tiene problemas temprano. Pero si ese es el caso, podría ser demasiado tarde. Por supuesto, si hace lo que hizo contra los Yankees, se convertirá en una leyenda canadiense.

¿Está bien George Springer?

A pesar de todos los grandes bateadores en la alineación de los Blue Jays —incluido el ahora lesionado Bo Bichette, que aún no ha jugado en esta postemporada—, el mejor bateador que tuvieron durante la temporada regular fue Springer. Eso lo ha llevado a octubre, donde tiene un OPS de .939, lo cual no debería ser una sorpresa: no hay un bateador en ninguna de las dos alineaciones con más experiencia en postemporada.

Pero la imagen de Springer recibiendo una recta en la rodilla en el Juego 5 fue un poco aterradora. Solo el sonido hizo que uno se doblara. Abandonó el juego, después de ser abucheado por algunos de los fanáticos de los Mariners presentes, para irritación de Schneider, justo antes de que Seattle concretara su remontada en el octavo inning. Schneider confía en que Springer estará bien para este Juego 6. “George es tan fuerte como cualquiera”, aseguró. “Creo que tendría que estar muy, muy dolorido para no estar en la alineación el domingo”. Pero en verdad, pareció muy golpeado.

Basta decir que la alineación de los Blue Jays, que ya no cuenta con Bichette, no puede permitirse perder a Springer, o incluso tenerlo jugando significativamente por debajo del cien por ciento. El dominicano Vladimir Guerrero Jr. está en un momento increíble, pero los Mariners ya han comenzado a darle boletos intencionales cada vez que puede hacer daño real. Es simplemente un mal momento para que un jugador tan importante como Springer esté comprometido de alguna manera.

¿Estarán los Mariners a la altura del momento?

Esto, aquí y ahora, es lo más cerca que los Mariners han estado jamás de la Serie Mundial. Esta es su cuarta participación en las Series de Campeonato, y ninguna de las tres anteriores los vio ganar más de dos juegos (lo cual lograron en 1995 y el 2000). En su participación más reciente (2001), un equipo que fijó un récord al ganar 116 partidos durante la temporada regular fue eliminado en una serie de cinco juegos que resultó emocionalmente devastadora. Después de eso, pasaron 21 años más antes de que Seattle volviera a los playoffs.

Ahora, con la victoria en el Juego 5 del viernes, los Mariners están a un paso de su primer Clásico de Otoño. Asegurar ese triunfo va a ser un desafío. Los Mariners no deben dejarse engañar por sus victorias en los Juegos 1 y 2 de esta serie en el Rogers Centre de Toronto. Esta multitud va a perder la cabeza desde el primer lanzamiento este domingo, algo a lo que ya estamos acostumbrados cuando se trata de los fanáticos de Toronto. (Y, por supuesto, también de los de Seattle.) Toronto ha esperado casi tanto como Seattle para llegar a la Serie Mundial, al fin y al cabo.

Pero incluso con todo eso, todo está alineado para los Mariners. Han tenido una campaña increíble, destacada por Cal Raleigh, quien hizo historia prácticamente cada vez que entró a la caja de bateo. Tienen una rotación que está bien alineada y ya es un punto fuerte del equipo. Tienen un orden ofensivo que, gracias al resurgimiento reciente del venezolano Eugenio Suárez, luce más profundo que nunca desde la Fecha Límite de Cambios. Y tienen el aura de un equipo que, por fin, puede estar viviendo su momento de gloria.

Esto no quiere decir que el avance de los Mariners esté garantizado, que ya tengan su boleto asegurado, o que haya algo ya decidido. Es simplemente para decir que, si se quedan cortos esta vez, después de todo este esfuerzo, será lo más desgarrador que le pueda pasar a una franquicia y a una afición a la que ya le han roto el corazón muchísimas veces. Los Mariners están a solo un juego de territorio inexplorado, de la tierra prometida. Ahora solo tienen que conseguir esa última victoria.