Steven Brandenburg, de 46 años, un exempleado de un hospital en el estado estadounidense de Wisconsin se declaró culpable de estropear 570 dosis de una vacuna contra el coronavirus bajo el argumento de que estas eran “obra del diablo”.

El hombre se desempeñó en el hospital hasta diciembre, cuando el personal del nosocomio se enteró de lo que había hecho.

De acuerdo con la información publicada por medios de Estados Unidos como el Minneapolis Star Tribune, el sujeto admitió que sacó del refrigerador las dosis de las vacunas con la intención de qué se estropearan.

Lo anterior derivó en que las personas a las que se le aplicó la vacuna que no fue refrigerada correctamente recibieran dosis potencialmente dañadas, corriendo el riesgo de sufrir afecciones en su organismo.

Cuando las autoridades cuestionaron a Steven Brandenburg el por qué, el dijo que las vacunas tenían microchips y que estos podían dañar la fertilidad de las personas agregando que eran “obra del diablo”.

El abogado del hombre trató de matizar los hechos diciendo que al momento en que estropeó las dosis de la vacuna estaba pasando por un divorcio difícil y que, debido a que fue despedido no puede seguirlas manipulando.

Los fiscales dijeron al juez Brett Ludwig de Milwaukee que el exempleado del hospital debe permanecer en la cárcel ya que manifestó algunas opiniones como que “la tierra es plana”.

Ludwig dijo a los acusadores que tener opiniones “locas” no es motivo de estar preso y mientras se emite la sentencia será vigilado por medio de GPS y sometido a una evaluación mental.

Al momento en que se emita la sentencia Brandenburg podría ser condenado hasta 20 años en prisión y pago de medio millón de dólares, pero el ministerio público ha recomendado que solo sean cuatro años con tres meses por haberse declarado culpable.

Las autoridades creen que unas 60 personas del hospital donde Steven Brandenburg recibieron la vacuna estropeada por lo que están en vigilancia constante.