Diferentes países del mundo han reportado casos de ciudadanos que contraen por segunda vez la Covid-19, pero nadie ha vivido lo que un ecuatoriano, Milko Mieles, al que le han realizado la prueba 15 veces y todas le han dado positivo.

De acuerdo con La Opinión, la primera prueba a Mieles, radicado desde hace más de 20 años en Italia, se la realizaron el 17 de abril y el virus se ha mantenido en su organismo por más de tres meses.

Desde esa fecha el hombre ha coleccionado 15 pruebas de Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) y todas con el mismo resultado: positivo.

“Mejor no lo pienso, de lo contrario estoy desmoralizado. He estado llorando durante semanas, hace unos días tuve un colapso emocional y me hicieron hablar con un psicólogo. Él dice que es normal después de más de tres meses en esta situación”, declaró el paciente a la prensa local.

Agregó que se ha mantenido con contacto con su familia, pero que tuvo que cerrar algunas de sus redes sociales porque no soportaba que le preguntaran si ya estaba curado.

“Me he aislado mucho, hablar incluso por teléfono con personas, ya sean parientes o colegas, me hace sentir mal. También cancelé mi cuenta de Facebook porque no podía soportar que me preguntaran si ya estaba curado: era un dolor tener que decir siempre que no", dijo y recogió El Clarín.

Inicialmente estaba en el hospital San Gerardo de Monza, ciudad de Italia, pero después fue trasladado a una sede de la Cruz Roja en Linate, donde ha tenido que seguir aislado.

“El tiempo pasa lentamente aquí, a la mañana camino por el jardín 5 kilómetros, siempre solo, prefiero no tener nada que ver con nadie. Luego leo las noticias por teléfono, veo televisión, hago más videollamadas con mi esposa que no he visto en tres meses, excepto a través de la pantalla del teléfono inteligente: la extraño mucho. Y también mis hijos”, sopesó.

Mieles se mantiene asintómático; lo que significa que no presenta síntomas de la enfermedad, pero sí la puede contagiar por lo que toma las precauciones del caso.

Después de tanto tiempo de estar aislado y en instalaciones médicas, el sueño del hombre es volver a Ferrara, donde vivía junta a su esposa y sus hijos de 21 y 23 años.