Un hombre en la ciudad de Gijón, en España, se declaró culpable de agresiones y maltrato en perjuicio de sus hijas como parte de un acuerdo con la Fiscalía ibérica para evitar la cárcel.

Los hechos ocurrieron durante tres años, del 2013 al 2016, de acuerdo con una publicación de La Nueva España.

El informe judicial detalla que el condenado sometía a sus hijas, una de ellas únicamente de su esposa y la otra hija en común, a agresiones tanto físicas como psicológicas.

El hombre las castigaba propinándoles puñetazos en la espalda, bofetadas, las obligaba a comer sobre el inodoro del baño o en el suelo sin cubiertos y las encerraba en el sótano, en la oscuridad, durante horas.

También las tomaba por el cabello y las arrastraba por la casa, les mordía los brazos e incluso “las obligaba a ducharse con la puerta del baño abierta” y en el caso de la hermana mayor, de 12 años, le exigía que se desnudara “bajo el pretexto de que quería revisar su cuerpo para ver si se había hecho algún tatuaje o si llevaba algún 'piercing'".

Las niñas dijeron en el juicio que nunca le dijeron a su madre de lo que sufrían porque fueron amenazadas por el agresor.

En el procedimiento, el padre llegó a un acuerdo con la Fiscalía para declararse culpable con el objetivo de librarse de la cárcel.

El juez le impuso reglas de conducta como no cometer delitos por los próximos cuatro años, alejarse 300 metros de las víctimas, su centro escolar y su casa, así como el pago de mil euros ($1,200) a cada una.