"Me asusta un derramamiento de sangre", fueron las palabras que jerarca de la iglesia católica, el papa Francisco , usó en rueda de prensa para referirse a la grave crisis política y económica que vive Venezuela, en el marco de un ultimátum que algunas naciones han dado para que el país sudamericano convoque a elecciones. 

Inicialmente Francisco había evitado emitir opinión sobre la situación, pero en una homilía pidió una "solución justa y pacífica" de la situación, los cuestionamientos de la comunidad internacional a Nicolás Maduro y el autoproclamado 'presidente encargado', Juan Guaidó, han agravado la situación. 

"Yo apoyo a todo el pueblo venezolano, que está sufriendo. Si yo entrara a decir ‘háganles caso a estos países, o a estos otros’, me metería en un rol que no conozco: sería una imprudencia pastoral por mi parte y causaría daño. Las palabras las pensé, las repensé y expresé mi cercanía y lo que siento. Yo sufro por todo esto. Ponerse de acuerdo no alcanza. Una solución justa y pacífica. Me asusta el derramamiento de sangre”, fueron declaraciones de Francisco que recoge El País. 

Luego de la autoproclamación de Guaidó, la situación en Venezuela se agravó, ya que muchos países de la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, Israel y Australia han reconocido el opositor de Maduro como presidente y han exigido que se convoquen a elecciones. Mientras que El Vaticano, por el momento, no ha reconocido a Guaidó.

El pontífice agregó sentirse "aterrado" de que la situación en Venezuela continúe por el camino que lleva, ya que podría terminar en un conflicto mayor.