Seis agentes policiales y un pastor evangélico que en redes sociales se hacía llamar "El Pastor Justiciero", son acusados de planificar el secuestro de un hombre a quien incluso llegaron a simular el asesinato para hacer presión sobre sus familiares.

Según el reporte policial una de las principales pruebas para sostener la acusación es el grupo de whatsapp que integraban los siete procesados y en el que se detalla parte de la inteligencia realizada a la víctima a quien tuvieron  sometida por varios días. 

Los agentes habrían utilizado la patrulla que se les había asignado para interceptar al hombre cuando circulaba por una zona del partido La Matanza en Buenos Aires, lugar en el que fue raptado y llevado a un lugar desde el que comenzaron las negociaciones que nunca se hicieron efectivas.

Los elementos policiales incluso le dispararon dos balazos al costado de su cuerpo a la víctima para que el pagador se sintiera intimidado.Por estos hechos se les estaría acusando de coautores del secuestro extorsivo agravado.

El grupo "Ponela Tío"

A los agentes se les decomisó un celular en el que se encontró el grupo de WhatsApp, "Ponela Tío" en el cual se encontró información y hasta fotos de varios de los momentos en los que se realizaba el rapto el pasado 7 de febrero del presente año.

"Sabemos que sos transa. Sabemos que tu papá es transa. Llamá a tu papá para pedirle dinero", le dijeron los secuestradores a la víctima quien pese a que les aclaró que su padre había fallecido y que su madre y sus hermanas vivían en Paraguay .

Durante su cautiverio, el hombre fue golpeado, lo amenazaron con cortarle un dedo, todos estos hechos también fueron recopilados en el celular confiscado en el que se pudo leer el mensaje: "dale un corcho en el dedo chiquito de la mano".

Al ver las negociaciones frustradas y enterarse que los conocidos de la víctima interpusieron la denuncia los elementos de seguridad intentaron matarlo.  "Largalo ya, se pudrió", escribió uno en el grupo. "Qué pasó?", preguntó un cómplice. "Ya largalo, nos denunciaron", le respondió quien oficiaba de jefe, a quien los pesquisas identificaron como el pastor Puñales.

En su defensa el líder religioso de nacionalidad uruguaya declaró que realizaba tareas de seguridad privada en discotecas y que colaboraba "ad honorem" con instituciones públicas de Argentina, algo que luego fue desmentido por las autoridades locales.

Según manifestaron los representantes del Ministerio Público, el grupo de WhatsApp "fue creado para perpetrar el secuestro extorsivo investigado en autos. Esa vía de comunicación sirvió a los aquí imputados a ejecutar el plan criminal que los unía y a efectuar algunas de las conversaciones extorsivas para exigir rescate dinerario a cambio de la liberación" de la víctima.