El cargo de analista de planillas permitió que Salvador M. supuestamente duplicara y pagara horas extras no laboradas de cinco empleados del Banco de América Central (BAC), quienes se desempeñaban en el área de Soporte Técnico de la empresa.

Ahora, a Salvador se le imputa el delito de hurto agravado por el fraude de más de $57,000, mismos que fueron extraídos durante dos años y medio -de enero de 2011 a junio de 2013- bajo el concepto de horas extra. El acusado laboró en esa institución durante nueve años, desde 2004 hasta que fueron detectadas las irregularidades.

De acuerdo a dos testigos citados en la audiencia por la Fiscalía General de la República (FGR), un exjefe del Departamento de Compensaciones y Beneficios y el gerente de Auditoría Interna de BAC, el imputado manejaba la planilla de pagos de los empleados, lo que habría aprovechado para hacer pagos no autorizados a personas que trabajaban en complicidad suya.

“Hubo una diferencia entre lo que se pagó y lo que se reportó. Es decir, hubo anomalías en el sueldo que se canceló a unos empleados”, confirmó José F., quien durante tres años fue el jefe alterno de Salvador al ser responsable de Compensaciones y Beneficios.

Este acceso, según relataron en la vista pública desarrollada por el Tribunal Tercero de Sentencia de San Salvador, podría haber favorecido para que Salvador modificara las cifras de las horas extras de los cinco empleados, quienes tras una serie de investigaciones hechas en el interior de la empresa bancaria fueron despedidos, no sin antes ingresarlos en un proceso penal en su contra.

A través del software que utiliza la empresa para un vaciado de datos, Salvador era el único encargado de reportar pagos de comisiones, salarios y horas extras diurnas y nocturnas, esto a pesar que había dos analistas más en el departamento de Recursos Humanos.

Por medio de un informe ejecutado tras una auditoría interna, vieron como resultado como los códigos de pago de cinco empleados estaban alterados, lo que permitía que sus horas laborales se duplicaban, lo que redundaba en un pago mayor por un trabajo no realizado. Según se conoció durante la audiencia, para cometer el supuesto ilícito el imputado reportaba horas laboradas que no habían sido autorizadas por ningún mando superior.

El juez que conoció el proceso determino la responsabilidad del imputado en los hechos y lo condenó a cinco años de prisión.