• Diario Digital | miércoles, 08 de mayo de 2024
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Judiciales - Ajuste de cuentas

Se fue a una cervecería a “resolver un problema”, pero terminó muerto y su cuerpo flotando en el río Acelhuate

Las autoridades indicaron que en el río Acelhuate, a la altura del bulevar Venezuela, se encontraba un cuerpo en avanzado estado de descomposición. Era el de un pandillero de la 18, quien posiblemente pudo haber sido asesinado por un ajuste de cuentas.

Pablo Antonio Vargas Méndez Acelhuate
Se fue a una cervecería a “resolver un problema”, pero terminó muerto y su cuerpo flotando en el río Acelhuate

“Hoy voy a arreglar un problema y espero salir bien de esto”, fueron las últimas palabras que Pablo Antonio Vargas Méndez publicó en su cuenta de Facebook antes de ser asesinado el pasado mes de abril por supuestos miembros de la pandilla 18.

El 18 de abril, la víctima se encontraba departiendo unas bebidas alcohólicas en una cervecería del centro de San Salvador ubicada sobre la 20 avenida Norte junto a su pareja sentimental y tres hombres, dos de ellos que ahora están sentados en el banquillo de acusados como presuntos responsables de su muerte y son identificados Gustavo Enrique Cortez López, de 29 años,  y César Vladimir Méndez Méndez, de 36. El tercero continúa libre.

De acuerdo al testimonio de una persona que ahora es testigo protegido en el caso, a Vargas Méndez lo vio a eso de las 4:30 de la tarde mientras ingería las cervezas, pero cuatro horas más tarde – cerca de las 8:30 pm.- observó cómo los tres hombres, a quienes identificó como “El Primo”, “El Rayo” y “El Smoki”, llevaban a la víctima en dirección a la comunidad Tinetti bajo sometimiento.

Tras empujarlo violentamente, los tres hombres lograron llevarse a Vargas Méndez. Ese fue el último día en que fue visto con vida.

Cinco días después, las autoridades de la Fiscalía General de la República (FGR) notificaron los datos sobre el hallazgo de un cadáver en avanzado estado de descomposición en el río Acelhuate, a la altura del barrio Lourdes, en el bulevar Venezuela, y confirmaron que pertenecía a un pandillero de la 18. Era el cuerpo de Vargas Méndez.

“Tiene muchos tatuajes, varias lesiones y está atado de brazos y piernas”, confirmó en ese momento un socorrista de Camilleros, quien relató que el rescate de ese cadáver se dio con mucha dificultad tras haberlo encontrado a una altura de 30 metros.

Pablo Antonio Vargas Méndez Acelhuate

El testigo relató, según el expediente judicial, que unos días después llegó a la misma cervecería donde había visto a la víctima. En el lugar, esta persona logró escuchar a una mujer, quien con periódico en la mano se reía y decía que el cuerpo que habían sacado del río Acelhuate era del “Gato”.

“Este no cabía en la tribu (mara), porque lo único que quería era apoderarse de la renta que se cobraba en los alrededores”, dijo la mujer, según el relato. Además, ella hizo referencia que ese dinero exigido a los comerciantes de la zona le pertenecía a “su marido y por eso lo había matado”.

Con esas pistas, se inició una investigación que dio con la captura y posterior judicialización del caso contra Cortez López y Méndez Méndez. Los dos pandilleros, sin embargo, fueron detenidos por el presunto cometimiento del delito de privación de libertad, debido a que no hay testigos que presenciaron el asesinato, sino solo cuando era llevado a la comunidad antes mencionada.

El Juzgado 1° de Paz de San Salvador decretó instrucción formal con detención provisional contra los dos presuntos criminales y el caso pasará a los Juzgados de Instrucción en los próximos días.

De ser encontrados culpables podrían ser sancionados con prisión de tres a seis años.

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