• Diario Digital | viernes, 26 de abril de 2024
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Judiciales - Fallo absolutorio

Niña confiesa ante un juez que inventó haber sufrido agresiones sexuales de su padrastro para conseguir permisos y salir con sus amigos

La menor creyó que sus inventos solo llevarían a su verdadero padre a solicitar su custodia para poder tener más libertad. Sin embargo, su arrepentimiento llegó al ver a su padrastro tras las rejas.

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Niña confiesa ante un juez que inventó haber sufrido agresiones sexuales de su padrastro para conseguir permisos y salir con sus amigos

Los deseos de salir con sus amigos sin tener las restricciones de su madre hicieron que una niña de 12 años inventara una historia que llevó a estar en prisión a su padrastro que fue acusado por el delito de agresión sexual.

Ante un juez, la niña confesó que las mentiras que inventó eran para que su padre reclamara su custodia para ir a vivir junto a él y lograr obtener, así, la luz verde para los permisos que su madre le negaba.

Cuando tenía 12 años, Julia (nombre cambiado por protección) le contó a una vecina de su padre, Roberto, sobre los supuestos actos cometidos por su padrastro, José. La niña lo hizo con el pleno conocimiento que la mujer le iba a contar todo a Roberto. 

El plan de Julia se comenzó a concretar cuando su padre interpuso el aviso ante la Fiscalía General General de la República (FGR), institución ante la que menor reafirmó la historia creada.

La supuesta víctima acusó a la pareja de su madre de habérsele acercado, decirle unas frases obscenas y de paso de haberle tocado uno de sus senos. Tras esto, el ministerio público giró una orden de captura en contra del supuesto abusador.

A su corta edad, Julia no se imaginó que sus falsas acusaciones la llevarían a un problema judicial extenso. Su preocupación fue mayor cuando los agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) llegaron a su vivienda para apresar a José, quien fue acusado de agresión sexual.

De acuerdo a lo relatado por la misma niña, ella creyó que todo sería simple: su padre se enteraría del supuesto caso de agresión sexual y por ello se la llevaría a vivir con él. Eso sería todo, según ella. No se imaginó que Roberto denunciaría el caso.

Durante el desarrolló el proceso judicial, la menor de edad fue puesta a la orden de peritajes médicos forenses, psicológicos y psiquiátricos. Los primeros determinaron que ella no había sido abusada sexualmente; mientras que los últimos dos indicaron que necesitaba un tratamiento psicológico por lo menos durante un año.

Lo desgastante del proceso y la preocupación de su madre hizo que Julia se arrepintiera de lo dicho. Aceptó que todo era un invento de su parte y que de paso estaba agradecida con José por la educación que le había brindado durante varios años.

A todo esto, el proceso ya se encontraba en la etapa de vista pública. El Tribunal 1° de Sentencia desarrolló el caso. El juez a cargo del mismo determinó un fallo absolutorio para José, por lo que quedó libre del cargo del que se le señalaba.

Mientras que Roberto desistió de solicitar la custodia de su hija, tras pedirla en un Juzgado de Familia, pues la niña cambió su decisión y pidió seguir viviendo con su madre y su padrastro.

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