El 17 de febrero de 2018 “Carolina” (nombre cambiado), una habitante de Chalatenango recibió una llamada de un sujeto que se presentó como pandillero y le exigió $7,000 y de no entregarlos iba a atentar contra su vida o la vida de su familia.

Al otro lado de esa llamada estaba un tal Simón, un joven que tenía como fachada ser vendedor de pan para extorsionar. El miedo y la zozobra se apoderaron de la familia, pues sabían el destino de los que se niegan a pagar la extorsión.

Dos días antes de esa denuncia, el 15 de febrero, la Policía investigaba otro hecho, un ciudadano acudió a denunciar que en su casa había aparecido una nota anónima, pidiéndole $5,000 donde aparecía una fecha libre y un número de teléfono para que llamara.

La víctima de ese caso, “Ricardo”, y la Policía negociaron con el pandillero y acordaron la entrega únicamente de $500, pero antes que el criminal los tuviera en los manos un grupo de agentes lo capturaron.

El sujeto fue identificado como José Simón Murillo Guzmán, de 19 años de edad y le decomisaron entre otras cosas un teléfono celular en el cual encontraron varios números de teléfono.

El 23 de febrero Carolina se armó de valor e interpuso la denuncia por su caso a los agentes de la Policía, quienes iniciaron las labores de investigación y descubrieron que en el teléfono de Murillo Guzmán figuraba el número de Carolina.

Después de los análisis pertinentes de la Sección de Análisis y Tratamiento de la Información de la PNC se determinó que Murillo Guzmán era el que le había pedido los $7,000 de extorsión, por lo que lo presentaron a los tribunales.

En febrero 2020 el Tribunal de Sentencia de Chalatenango evaluó las pruebas presentadas y le impuso una pena de 15 años de cárcel por extorsionar a Carolina.

Sin embargo, el pandillero ya guardaba prisión pues un año antes ya había sido condenado a 10 años de cárcel por la extorsión a Ricardo, por lo que cuando se termine su primera condenada, en 2029, purgará la segunda de 15 años.