Un grupo de 17 pandilleros del Barrio 18 Revolucionarios, que operaban en Oratorio de Concepción, municipio del departamento de Cuscatlán, quedaron absueltos por el Juzgado Especializado de Sentencia “B” del delito de organizaciones terroristas y de la participación de un homicidio agravado.

La causa del fallo se debió a que el testigo criteriado y con régimen de protección, por lo que poseía la clave “Peruano”, se tornó un declarante falso, tras aceptar que mintió en la sede de la Fiscalía General de la República (FGR) al dar las primeras declaraciones referentes al asesinato de Elías Hernández Hernández.

Además, admitió haber ocultado que él perteneció a la estructura criminal por tres años, de 2012  a 2015, pues en la oficina fiscal aseguró falsamente que no era “brincado” –proceso que da paso para ingresar a la pandilla- cuando era todo lo contrario.

“Peruano” sostuvo que solo era un civil que colaboraba con la pandilla en la distribución de drogas a nivel del municipio. Sin embargo, después reveló que sí tenía un papel más importante dentro de la estructura. 

Por otro lado, el testigo fraudulento había explicado a la Fiscalía que la muerte de Hernández Hernández fue ejecutada, en agosto de 2013, con piedras, por lo que en ese momento aseguraba que la víctima fue lapidada. Pero luego cambió la versión y a sus abogados defensores les comentó que el asesinato había sido por estrangulamiento.

Incluso llegó a decir que en el momento de los hechos él se encontraba “posteando” a petición de unos de los líderes de la organización, que estaba recluido en el Centro Penitenciario de San Francisco Gotera, en Morazán.

Para el juez a cargo del caso, el haber mentido a la Fiscalía  lo categorizaba como un testigo no creíble, por lo que declaró un fallo absolutorio para los implicados.

Entre los 17 imputados se encontraba un empleado de una empresa de telecomunicaciones, quien había sido procesado en un juzgado de menores de edad por el delito de agrupaciones ilícitas, pero que fue absuelto del cargo en ese proceso.