Cuatro segundos fueron suficientes para que pandilleros asesinaran al vigilante de una escuela en la colonia La Rabida para robar su arma de equipo. Todo quedó grabado en las cámaras de vigilancia del centro escolar.

William Esaú Sánchez, de 33 años de edad, era originario del cantón Llano de Doña María, en Ahuachapán y jamás imaginó que la muerte lo encontraría al interior de la escuela en la que había trabajado por varios meses.

Según el expediente judicial, el hecho se registró cuando el reloj marcaba las 4:20 de la tarde del 16 de marzo del 2017, el vigilante se encontraba en una de las puertas de entrada de la institución educativa cuando sacó un teléfono y comenzó a mirarlo hasta el punto de quedarse distraído.

Mientras tanto, un vehículo blanco recorría la 37 calle Poniente y el pasaje Freund, de la colonia La Rábida. Su marcha se detuvo de manera errática frente la escuela y en ese momento salieron tres sujetos: Noé O., fue el primero, seguido de Gregorio A. y Cristofer C. fue el último.

El registro de las cámaras indica que el vigilante estuvo sin darse cuenta de su entorno durante 13 segundos, tiempo en el que los delincuentes caminaron un aproximado de dos metros.

Cuando Sánchez reaccionó, Noé estaba parado frente a él levantando la pistola para ingresar a la escuela. El reloj avanzó un segundo y al verse que estaba rodeado el guardia intentó forcejar con sus agresores pero fue en vano.

Con la aguja marcando las 4 de la tarde con 20 minutos y 15 segundos el delincuente comenzó a disparar mientras era custodiado por Gregorio y Cristofer.

A las 4 de la tarde con 20 minutos y 16 el cuerpo del vigilante quedó tendido sobre el suelo ya sin vida. Los sujetos tomaron el revólver del vigilante y huyen de la zona para no ser capturados por policías.

A las 4:45 de la tarde de ese mismo día, una patrulla que recorría la zona escuchó la alerta y comenzó a rastrear vehículos con las características proporcionadas hasta dar con uno que transitaba sobre la avenida Washington. 

Desde la unidad policial se le ordenó al conductor detener la marcha y tras confirmar las sospechas, los hombres fueron detenidos por los delitos de homicidio y robo agravado.

Las autoridades procesaron a los pandilleros con la grabación del centro escolar como principal prueba de lo sucedido.

El caso llegó a la sede del Tribunal Sexto de Sentencia de San Salvador que celebrara la audiencia en las próximas semanas.