El 12 de diciembre de 2015, cuando el reloj marcaba las 9:45 de la noche, Sara (nombre cambiado por protección) se apresuraba para ir comprar unos medicamentos a una farmacia cercana a los condominios Santa Rita, en el barrio San Jacinto, en San Salvador, sitio en donde se encuentra el apartamento en donde residía desde hacía 12 años con su hijo.

La salida de su vivienda se vio entorpecida debido a que no encontraba las recetas prescritas por su médico. En el tiempo que le tomó encontrarlas se llevó un susto. Logró escuchar una serie de disparos hechos justo en la primera planta de su lugar de residencia.

Tras el estruendo de las balas quedó un silencio rotundo. Sara dejó que transcurrieran unos minutos antes de salir a hacer la compra de las medicinas. Al bajar las gradas del edificio observó que a un costado del edificio se encontraba tirado, sobre un charco de sangre, el cuerpo de Carlos (nombre cambiado por protección), su hijo.

Inmediatamente llamó a la Unidad del Sistema de Emergencias del 911, de la Policía Nacional Civil (PNC), para solicitar ayuda, pero los agentes que asistieron le notificaron a Sara que Carlos, un estudiante de la licenciatura en Informática de la Universidad Tecnológica (UTEC), había muerto.

El asesinato

Carlos, de 30 años de edad, había salido del apartamento en donde residía junto a su madre, Sara, a eso de las 7:30 de la noche, con rumbo a uno de los estacionamientos de la UTEC, debido a que en sus tiempos libres –según relató su progenitora al Juzgado de Paz- se dedicaba a lavar vehículos en esa zona para poder obtener ingresos y poder pagar sus estudios en esa misma universidad.

Minutos antes de las 10:00 de la noche, Raúl Alejandro Flores Cosme, de 20 años, y Walter Alexander Gálvez, de 30, dos supuestos pandilleros de la 18 lo estaban esperando al retornar a los condominios Santa Rita.

Los ahora imputados interceptaron a la víctima, lo encañonaron y luego se lo llevaron a un costado de la entrada principal de los apartamentos. Sin mediar palabra, dispararon en varias ocasiones en contra de él. Fueron las mismas detonaciones que Sara logró escuchar mientras buscaba sus recetas médicas sin saber que era su hijo al que atacaban.

Exactamente 12 días antes de la Navidad de 2015, Carlos murió inmediatamente tras recibir varios disparos en el cuello y en el tórax.

Según determinó el perito forense del Instituto de Medicina Legal (IML), las causas de la muerte de Carlos fueron por heridas ocasionadas en el cráneo, en su rostro, en el tórax y en el abdomen producidas por proyectiles de arma de fuego.

El proceso judicial

Después de dos años del  crimen, la Fiscalía General de la República (FGR) giró la orden de captura en contra de Walter Gálvez y se intimó a Alejandro Cosme, al interior de una bartolina de la PNC en mayo de 2017. Actualmente, este último se encuentra recluido en el Centro Penal de Izalco, en Sonsonate.

Las autoridades han logrado individualizar el caso a los presuntos hechores a través de las declaraciones de un testigo que logró observar el hecho  y por medio de un reconocimiento de fotografías de los imputados. 

El Juzgado 8° de Instrucción de San Salvador ordenó la apertura a juicio de vista pública, misma que está programada para el 21 de noviembre de este año y será desarrollada por el Tribunal 3° de Sentencia.