En los últimos cinco años, ha habido un festín de plazas en la Asamblea Legislativa que ha provocado que el número de empleados se haya duplicado en este órgano de Estado, lo que ha significado un incremento de $10 millones para remuneraciones.

Según datos del Ministerio de Hacienda sobre los presupuestos votados, el Órgano Legislativo ha pasado de tener 943 empleados en 2013 a tener 2,074 en este 2018. Esto representa un incremento de un 120%; es decir, que se hay 1,131 plazas más al comparar estos cinco años.

Pero no solo eso, los datos revelan que 2013 el presupuesto de la Asamblea fue de $57.8 millones, de los que $35.5 fueron destinados para el pago de esos 943 empleados legislativos, incluidos el salario de los diputados, así como dos bonos anuales del cien por ciento para todos los trabajadores.

Es decir que del total del presupuesto de este órgano de Estado un 61% fue usado para remuneraciones.

Sin embargo, ya para este 2018, el aumento excesivo de empleados ha generado que el rubro de  remuneraciones haya aumentado en $10 millones.

Así, para este 2018 el presupuesto de la Asamblea es de $58.3 millones, de los cuales $45 millones; es decir, un 77% del plan de gastos se usa para el pago de los más de dos mil empleados legislativos.

Suprimir plazas

Es de tomar en cuenta que esos 2,074 empleados se estimaban al cierre de 2017, pues fue la cantidad con la que se votó el presupuesto a finales del año.

No obstante, tras la llegada de Norman Quijano como presidente de la Asamblea informó que entre enero y abril de este 2018 se contrataron una gran cantidad de personas los últimos meses de la legislatura que estuvo liderada bajo la presidencia de Guillermo Gallegos, de GANA.

La nueva presidencia aseguró la semana pasada que el número total de empleados es de 2,330, por esas contrataciones que se hicieron recientemente.

Por esa razón, el viernes pasado Quijano anunció la medida de suprimir un total de 142 plazas por Ley de Salario y contrato que fueron asumidas entre el 1 de diciembre y el 30 de abril. Sobre todo, ante la sospecha de que se trataba de personal partidario o incluso de plazas fantasmas.

Según la estimación del nuevo presidente, con la supresión de las plazas, habría un ahorro de $130,000 mensuales, un equivalente de $1.8 millones al año, tomando en cuenta que los empleados legislativos reciben 14 salarios por año, debido a los dos bonos anuales.

Esta es tan solo una de las primeras medidas que ha anunciado Quijano, quien busca recortar otros beneficios y gastos onerosos que tiene el Órgano Legislativo. Sin embargo, mientras el 77% del presupuesto esté orientado al pago de salarios y otras remuneraciones los ahorros serán poco significativos, mientras no se comience a reducir la grasa de esta institución.

Con estas 142 plazas menos, se da un primer paso para la reducción, pero la tarea sigue siendo complicada en una institución donde se ha normalizado el abuso de las contrataciones, que por ahora la responsabilidad de disminuir esta práctica recae en manos de Quijano.