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Política - Derrumbe de la democracia

Los talibanes se alistan para imponer su régimen en Afganistán

¿Quiénes son los talibanes? ¿Por qué hay una guerra en Afganistán? ¿Qué pasará ahora que los talibanes regresaron al gobierno por medio de las armas? El Salvador Times lo explica en este texto.
Taliban
Foto EST/Financial Times/Xinhua News Agency/Eyevine
Los talibanes se alistan para imponer su régimen en Afganistán

La primera conferencia de prensa de los talibanes en Afganistán, luego de que se tomaron la capital Kabul y las instalaciones de gobierno con armas en sus manos, ha tenido un discurso conciliador y moderado. Dicen que respetarán los derechos de las mujeres, aunque con el matiz de que esos derechos serán los que establece su ley islámica. También aseguran que no quieren hacer ejecuciones y que, por ello, no es necesario que nadie salga huyendo del país.

 "Tampoco queremos que los jóvenes abandonen Afganistán. Estos son nuestros activos", dijo el portavoz talibán, Zabihullah Muhajid. Y añadió que "va a haber una amnistía" y que "no habrá ninguna venganza". El perdón que aseguran los talibanes es para todos los afganos que trabajaron con las fuerzas militares estadounidenses y sus aliados durante los 20 años en que Afganistán estuvo encaminada hacia un régimen democrático.

Esas aspiraciones democráticas terminaron este fin de semana pasado, cuando los talibanes, dos décadas después, regresaron al gobierno bajo el poder de las armas, tras una ofensiva de meses que culminó con la toma de Kabul, con la huida del presidente afgano, Ashraf Ghani, y con la salida inmediata de las tropas y el personal diplomático estadounidenses del país.

Los talibanes, el grupo armado cuyo nombre proviene de la lengua pastún y que en español se traduce como los "estudiantes", se originaron en los primeros años de la década de los noventa del siglo pasado. El grupo surgió como un brazo de los muyahidines (combatientes de la yihad o guerra santa), que lograron derrotar a las tropas de la Unión Soviética a finales de los ochenta. Los talibanes crecieron en los seminarios religiosos fundamentalistas y desde entonces prometieron ser paladines del "orden"y la "seguridad" en sus intenciones de gobernar Afganistán.

En 1996, este grupo armado tomó Kabul por primera vez y arrebató el gobierno y la presidencia al líder muyahidín, Burhanuddin Rabbani, uno de los héroes que figuraron en la guerra contra los soviéticos. Fue entonces que los talibanes establecieron un régimen político basado en una interpretación extremista de la ley islámica. Como producto de esa forma de gobierno, impusieron castigos físicos, desde la pena de muerte en plaza pública, hasta reprimendas con látigo o amputación de miembros para los delincuentes. Despojaron de sus derechos a las mujeres, a las que obligaron a cubrirse completamente con el burka. Prohibieron que las niñas recibieran educación académica desde los 10 años de edad y prohibieron las expresiones culturales de todo tipo.

El regreso de los talibanes al gobierno de Afganistán no es indiferente, en definitiva, para ninguna mujer que se encuentre en el país. La periodista de CNN Clarissa Ward ya vive los primeros efectos del régimen. Ward pasó dando sus reportes televisivos desde Afganistán con la ropa con que acostumbraba vestirse, pero en sus últimos despachos se la ve cubierta con una "hijab" con las que mujeres se visten de forma obligatoria bajo la ley islámica. Ward es una de las pocas personas estadounidenses que quedan en Afganistán y ha reportado la toma de Kabul desde el lugar de los hechos, consciente del riesgo de ser víctima de los talibanes.

ClarissaWardCNN

El desalojo y la vuelta al poder

El ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos enfiló las armas estadounidenses a Al Qaeda, como grupo armado terrorista que planificó y ejecutó los atentados en los que murieron miles de personas, y los territorios que daban acogida a esta guerrilla, entre ellos Afganistán, ya que se creía que daba refugio al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, y a sus dirigentes. Fue entonces cómo Estados Unidos intervino al gobierno talibán en Afganistán y lo desalojó. Los talibanes se rindieron, pero no se desintegraron. Los años de la ocupación estadounidense en Afganistán sirvieron para establecer la democracia en el país, aunque los extremistas del talibán permanecían resguardados en las montañas.

Las fuerzas del talibán siempre mantuvieron ofensivas de baja intensidad, guerra de guerrillas y de desgaste en la que se contaron en los últimos 20 años atentados contra políticos, funcionarios, fuerzas de seguridad y mujeres periodistas, entre otros sujetos de violencia.

El retiro de las tropas estadounidenses se anunció desde 2014 con el presidente Barack Obama, pero la decisión se postergó y el siguiente inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, tampoco desalojó a las milicias norteamericanas. Fue el actual presidente, Joe Biden, quien puso una fecha de salida de Afganistán: 11 de septiembre de 2021. Sin embargo, los talibanes no dependieron de la retirada estadounidense para emprender una ofensiva de alta potencia que empezó tomándose las regiones del interior de Afganistán y que en cuestión de pocos meses, hasta este fin de semana de mediados de agosto de 2021, llegó hasta Kabul. El talibán se tomó el Palacio de la Presidencia y sus lideres se sentaron en el escritorio que ocupaba el presidente Ghani. Posaron para la foto histórica y dos días después montaron su primera conferencia de prensa como poder absoluto en el país.

Horas antes, el pánico y el caos cubrió todo el país. A los helicópteros que transportaban personal estadounidense y funcionarios afganos, se unían, en las calles, cientos de hombres que buscaron, a como diera lugar, escapar. Muchas de estas personas ayudaron a las fuerzas estadounidenses mientras ocuparon Afganistán y temen los castigos severos característicos de los extremistas talibanes, entre ellos las ejecuciones, es decir la muerte.

Las mujeres afganas también tienen temor por el extremismo que exigen los talibanes. Pese al discurso conciliador del portavoz talibán, los hechos del gobierno talibán de los años noventa son suficiente motivo para que la población civil se mantenga aterrorizada. Mientras tanto, la Casa Blanca no sabe aún cómo acercarse al nuevo gobierno impuesto por las armas en Afganistán y de las organizaciones internacionales solo ha habido advertencias y peticiones de respeto a los derechos humanos de la población y de las mujeres en especial.

Los intentos de establecer la democracia en Afganistán se perdieron en el vacío y el fundamentalismo islámico ha regresado dos décadas después al país, y con él la incertidumbre de un pueblo que podría volver a la sumisión bajo un totalitarismo religioso.

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