El pasado 4 de octubre, el magistrado presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Julio Olivo Granadino, arremetió contra la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) en el mismo discurso en el que hacía la convocatoria para las elecciones del 4 de marzo de 2018, alegando que la institución ha trastocado el proceso electoral salvadoreño por medio de sus sentencias.

“La democracia no sale de un escritorio o se construye vía sentencias, sino en grandes acuerdos de país. La Sala de lo Constitucional ha emitido unas once resoluciones que afectan y transforman el sistema electoral y al Tribunal Supremo Electoral”, dijo en su momento Olivo.

Ante sus palabras, la Universidad José Simeón Cañas (UCA) emitió un editorial en el que lo critican y lo califican por tales expresiones como a una persona con falta de sensatez.

“El punto de la discordia en su alocución fueron los señalamientos que formuló contra la Sala de lo Constitucional, a la que dedicó casi la mitad de sus palabras. Independientemente de la validez de los señalamientos contra la Sala, no fue oportuno, menos aún atinado”, comunicó la institución educativa. “Al presidente del Tribunal le hace falta sensatez”, agregó.

La UCA también considera que las labores del Tribunal las debe ejercer con la capacidad de administrar con profesionalismo, imparcialidad y transparencia la voluntad popular expresada en el voto.

“Olivo debió centrarse en cómo realizarán su trabajo, cómo solventarán las deficiencias, en lugar de hilar un discurso incendiario y fuera de tono”, emitió.

Al mismo tiempo, la universidad jesuita indicó que el funcionario plasmó en la actividad un tono político: “El banderillazo oficial del proceso electoral merecía más altura y sentido común; lo que hizo el titular del organismo electoral fue soplar brasas”.

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— UCA El Salvador (@UCA_ES) 7 de octubre de 2017