El secretario de Comunicaciones de la Presidencia, Eugenio Chicas, defendió el proyecto que pretende ejecutar el Ministerio de Educación que considera necesario vetar la venta de pupusas de los chalet de los centros escolares públicos y privados, prohibición que vendría a sumarse al hecho que no se vendan golosinas embolsadas y bebidas gaseosas.

Chicas detalló que la idea es reducir los índices de obesidad infantil que se tienen actualmente y que son provocados por una mala alimentación en los menores, que pasan más de la mitad del día en las instituciones donde estudian.

“No se trata de que no se vendan pupusas, pero no es lo mismo la grasa de una de chicharrón, que las de queso y frijol con queso, que se vendan pero no sean tan grasosas”, aseguró el vocero presidencial.

La medida supondría la eliminación de la venta del que es considerado el platillo tradicional más famoso de El Salvador.

De momento no se ha establecido una fecha para iniciar la implementación de este programa, pero se tiene establecido que sea a la brevedad, según el anuncio que fue hecho la semana anterior.

La idea de las autoridades de Educación es promover la alimentación sana, algo que involucra a los padres de familia que han mostrado su malestar por esta propuesta que además tiene como objetivo prohibir la venta de sodas y churros.

Educación no ha especificado que pasará con otros factores como la actividad física, que tendría que promoverse como una manera integral de abordar la problemática de la obesidad.

“En el país se ha llegado al punto que un recién nacido recibe una pacha de soda para que se calme, cuando esto genera mayor hiperactividad”, agregó Chicas en la entrevista de canal 10.

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— ElSalvadorTIMES (@DiarioTIMES) 14 de marzo de 2017

Hay una ley pero no se cumple

La normativa para regular los alimentos que se venden en colegios y escuelas fue aprobada en 2015, pero su ejecución se atrasó por no tener lista la reglamentación; con ella se busca proteger a los 1.4 millones de estudiantes que conforman el sistema educativo salvadoreño.

Las estimaciones del Ejecutivo señalan que actualmente hay 5,187 centros educativos que por lo menos tienen un chalet, en el que no se tiene un control nutricional de los productos que se venden, lo que ha ayudado a agravar el problema de obesidad infantil en El Salvador.

Grasas saturadas, azúcar sintética y exceso de sal son los tres tipos de alimentos que las autoridades pretenden sacar de las escuelas y colegios. “Hay diabetes en niños, hipertensión y que está relacionada a estos componentes alimenticios”, dijo Chicas.

“Las familias tienen temor que su gasto de economía va a aumentar, pero esto nos ayudará a tener un mejor control en la alimentación”, finalizó.