Jeannette de Paz, de 52 años, es una de la vendedoras que resultaron afectadas por el voraz incendio que consumió varios puestos en el mercado San Miguelito el pasado miércoles.

En el bazar que tenía comercializaba joyería de acero, de enchape, cosméticos, faldas, blusas y ropa interior. Las pérdidas materiales que cuantificó al quemarse toda su mercadería son de $12,000.

Recuerda que el día del incendio ella estaba adentro, y al escuchar la alerta de que el mercado se quemaba y observar una ola de humo, tuvo que salir precipitadamente, porque después iban a haber aglomeraciones de todos los usuarios.

"Yo vengo a mi lugar de trabajo a las 7:00 de la mañana y bendito Dios una compañera fue la portavoz y que dijo que el mercado se estaba incendiando", detalló.

Recordó con nostalgia que fueron 28 años de su vida que estuvo vendiendo sus productos en el lugar.

"Cuando yo vine a este mercado mi hijo mayor ya iba a segundo grado, pues gracias a Dios de aquí salió egresado de sus estudios superiores", relató.

De los ingresos que obtenía al vender sus productos, sacó adelante a sus cuatro hijos, hoy todos profesionales.

"El mercado es como mi segunda casa. Ahí están los recuerdos, la crianza de mis hijos, está el dolor de ver a mis compañeras que perdieron todo. Son sentimientos encontrados", lamentó la comerciante.

"Mis compañeras no están en crisis gracias a Dios. Estamos reconfortadas sabiendo de que estamos respaldadas por el Gobierno y la alcaldía de San Salvador que nos están apoyando".

Invirtió $1,500 en mercadería para las ventas de diciembre

Jeannette dijo que en este mes empezaron a generar las compras de cara a los meses de octubre, noviembre y diciembre, y por ello ya se tenía un capital invertido y admite que es ahí donde el impacto económico se hace más grande.

"Yo había invertido $1,500 y ahora que viene diciembre toca aceptar y vivir la realidad... ya no vamos a tener los ingresos que tuvimos el año pasado, pero aquí vamos a estar haciéndole frente a lo que Dios nos mande", aseguró.

La vendedora afectada dijo que sus clientes le llamaron para lamentar lo ocurrido y  la vez le dieron fuerza y ánimos para que le diera valor a su vida.

"Vamos a empezar de cero y confiamos en la misericordia de Dios en que él nos va a proveer", afirmó.