A Pedro Gonzalo Candelario Hernández, un anciano de 62 años, lo mataron cuatro sujetos la noche del 21 de agosto de 2016 en la Quinta Figueroa de la colonia América, en el barrio San Jacinto. El hombre fue víctima de una iniciación de pandillas.  

Eran alrededor de las 10:00 de la noche cuando ocho sujetos llegaron a la zona y se dividieron en dos grupos. Los primeros cuatro rodearon la zona brindando seguridad y los restantes, todos armados, llegaron a la puerta de la casa de Pedro. Comenzaron a golpear la puerta, pero nadie atendía. “Abrí la puerta, hijo de puta”, le gritaban.

A pocos metros estaba un testigo –a quien se le ha dado el régimen de protección con el nombre “Europa”- quien pudo ver y reconocer a los sujetos. Describió como uno de ellos llevaba un arma y un machete en una mano, el otro hombre  –un menor de edad- llevaba una pistola y un bate.

También contó que estaban dos mujeres, una de ellas menor de edad que llevaba una pistola y la otra llevaba un machete y un garrote. Los cuatro golpeaban la puerta con lo que podían y exigían al anciano que abriera.

“Europa” contó como lograron entrar, y en minutos solo oyó golpes, gemidos y cómo el hombre intentaba gritar, pero parecía que le tapaban la boca. El hombre quedó tirado, ensangrentado en medio de la sala de su casa.

Luego, los cuatro sujetos salieron de la casa y un taxi pasó frente a ellos. Del susto, reaccionaron disparando. El taxi se detuvo y los pasajeros también respondieron los disparos. Hubo un tiroteo entre ambos, pero luego todos huyeron del lugar.

Los cuatro sujetos que atacaron al anciano corrieron hacia una casa del pasaje 3 de la misma colonia y ahí se resguardaron. Cuando llegó la Policía, el testigo de inmediato se acercó para decirles hacia dónde había huido. Al llegar, justamente ahí encontraron a las cuatro personas, capturándolos dentro del periodo de flagrancia.

Condenan a 20 años a una mujer

Este jueves se llevó a cabo el juicio en contra de Jackeline Arely Ramírez Parada, la mujer mayor de edad que ingresó a la casa con machete y garrote en mano. El testigo claramente identificó que ella había participado esa noche en la que le dieron muerte al anciano.

El fiscal de este caso contó delante del juez que este homicidio fue parte de una iniciación de los menores de edad para que ingresaran a la pandilla.

Contra ellos ya se desarrolló un juicio en el que fueron encontrados culpables.  

Tras escuchar los alegatos y conocer las pruebas, el Tribunal Quinto de Sentencia de San Salvador encontró culpable a la Ramírez Parada y la condenó a 20 años de prisión por el delito de homicidio agravado, por lo que deberá pasar ese tiempo en el penal conocido como Cárcel de Mujeres.