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Sucesos - Historias urbanas

Salvadoreño vive en casa en un árbol: "Cuando haces algo diferente y rompes esquemas, la gente va apoyar tus ideas"

Durante una entrevista con El Salvador Times, Mario Herbert, el hombre que construyó su vivienda en un árbol de mango, aseguró que dada la peculiaridad hasta ha tenido la visita hasta de un diputado.
Mario Herberth
Mario Herbert lleva dos años viviendo tranquilamente en una casa de madera que construyó en un árbol de mango. Fotos El Salvador Times: Ernesto Pérez
Salvadoreño vive en casa en un árbol: "Cuando haces algo diferente y rompes esquemas, la gente va apoyar tus ideas"

Mario Herbert, de 52 años, construyó hace dos años una casa de madera sobre un árbol de mango, la cual es sostenida únicamente por las ramas.

A simple vista, da la impresión que la vivienda es insegura, pero una vez dentro, las personas se dan cuenta de que su construcción es sólida, al punto que ha soportado las inclemencias del tiempo.

Este singular salvadoreño se ha tomado el tiempo para adornar las paredes de la vivienda con placas de vehículos de Estados Unidos, latas de cervezas y hasta una tabla de surf.

En casa, Herbert tiene todo lo necesario, algunos objetos curiosos, un plasma, varios DVD, máscaras antigás, sillas plegables, una cama inflable, cuadros con personajes, sombreros, gorras, un reloj de pared, carritos de juguetes, muñecos; y por supuesto, la bandera de su querido El Salvador.

Mario Herbert accedió platicar con un equipo de El Salvador Times; durante la charla, este carpintero brindó detalles respecto a qué lo motivó a construir una casa de madera en un árbol.

Adelantó que dada la peculiaridad de su vivienda hasta ha tenido la visita de personajes de la política nacional y periodistas que buscan dar a conocer su historia, entre otras personalidades, a quienes ha relatado cómo hizo para acomodarse a este estilo de vida.

Mario, ¿qué lo motivó a construir una casa de madera en un árbol?

Son cosas que sólo esperas que te reseteen (dar un reinicio, como a las computadoras) el cerebro. En la infancia hicimos una, pero fue algo así a lo empírico y ya esta es un poco más craneada (pensada) porque había que invertir y de cipotes era otra onda, porque tenía que ir a buscar unas ramas o bolados para hacer algo. Era más improvisado que ahora. Esto hay que cranearlo y también tener un poco de moneditas en la bolsa porque no es tan fácil.

¿Cuánto mide la casa que construyó?

Mide 3.15 metros de ancho por 3.15 de largo el cuadrado, y está a siete metros de altura. La madera que he utilizado es de tarima y de material reciclado.

¿Alguien te ayudó armar la casa? Y de ser así ¿en cuánto tiempo?

No me ayudó nadie, sólo yo la armé. Mi hijo desde abajo me pasaba las piezas de madera en una garrucha (sistema de polea). Lo más complicado en esto era el suelo, o sea la plataforma porque lleva como 12 cuartones para asentar el piso.

Me tardé cuatro meses, como la hice en mi tiempo libre, porque trabajo hasta las 5:00 de la tarde. Desde esa hora hasta que ya no veía me bajaba. Acá me vio la gente que empezaba hacer locuras arriba.

¿Qué fue lo más difícil para armarla?

Lo más difícil eran las gradas, porque antes subía por una escalera colgante. ¿Quién iba a subir? Nadie, ni vos hubieras subido porque la estaba haciendo en un sentido como para proteger los bienes.

Es que mi mente es bien hiperactiva, siempre quiero salir de lo común, ese es el toque. La mayoría de gente quiere salir de lo común, por eso es que imponen algo, romper con la rutina. Le mueves la cabeza a la gente o impulsas algunos a que sigan y haces el efecto dominó, con una cosa mueves ideas, mentes y dinero.

La gente quiere que le vaya hacer casas y yo no puedo hacerlas, porque mi tiempo es sagrado. Nosotros que vivimos en la ciudad estamos sujetos a un tiempo bien limitado. Vivimos entre lo moderno y lo conservador, las dos cosas se necesitan. Es mentira que no podés vivir con el mundo, tenés que hacerlo porque dependés de él.

Alguien podría pensar que es un tipo de aislamiento. ¿Por qué decide hacerla de esta manera?

Es que armonizar con la naturaleza es rico, no necesitas ir 64 kilómetros fuera, o ir a robarle al campo un espacio si aquí en la ciudad lo tienes todo. Y mi reto es que estoy cerca del Centro Histórico, lo más cerca que hay y no necesitas ir lejos de la ciudad. No cuento con lo moderno, pero tengo lo necesario.

¿Considera que es feliz viviendo así? 

Sí pues.

¿Por qué?

Porque soy único, porque hago la diferencia, eso te tiene que hacer feliz. Vos ves la gente normal, pero cuando hacés algo diferente o rompiste tus esquemas y escalaste más arriba, entonces la gente te va a ver y va apoyar tus ideas y ves los comentarios.

Con base a que la gente diga que llevas un buen proyecto de vida, un buen estándar de calidad de vida y sos feliz, aún con todas las adversidades que hay, o sea, no hay nada que te impida ser feliz.

Aquí no ves lujos, ves sencillez, cosas que la gente me regala. Hay detalles como placas de carro, cuernos de venado y otras cosas que yo las pongo para que vean los amigos que acá están sus cosas.

¿Qué opina en El Salvador hay muchas colonias donde la gente vive en casas con espacios reducidos en las que habitan hasta 10 personas?

Esto es algo funcional porque aquí pueden dormir seis u ocho personas, cuatro en el suelo, una cama plegable y ponemos la hamaca aquí atravesada; queda alguien aéreo y los demás en el suelo. Después se desarma todo y allá esta la mesa en el centro y estamos comiendo.

Lo que quiere la gente es que no le robes al espacio físico que tienen, porque si son más personas, tienes que ahorrarle espacio para hacer la casa funcional.

Dada la singularidad de la vivienda ¿quiénes y cuántas personas te han visitado?

Han venido periodistas y el diputado del FMLN Damián Alegría. No hemos traído el montón de gente, sino que personas allegadas, conocidas y los medios de comunicación.

Se la hemos enseñado como a unas 125 personas. A veces mi esposa trae sus amistades, mis hijos vienen con sus compañeros del colegio y universidad y algunas personas que conozco.

Como no es muy común es tipo de construcciones ¿Ha recibido críticas? ¿Habrá alguien que lo haya tildado hasta de loco?

Hay de todo. Tenés que estar abierto a la mente y que eso no te robe el sueño. Me da risa, yo sé cómo circulan las redes sociales. Tienes que ser maduro, desde que te expones al público, hay que dejarlos, ellos tienen derecho a opinar.

Y como usted mismo asegura que es hiperactivo, ¿cuál será su próximo proyecto después de esto?

No, proyectos ya no. Este es mi descanso, no aspiro a nada. Sólo esperar que la vida aquí me dé lo que me tenga que dar hasta donde llegue.

Casa árbol2

Las paredes de la vivienda de Mario Herbert fueron adornadas con toques que definen su personalidad.

La casa del árbol

El salvadoreño dice que espera todo lo bueno de la vida en su casa del árbol.

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