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Empleado del Hotel Alameda por más de 23 años: “Es triste para nosotros que cierre, era nuestra segunda casa”

Entre los empleados que se quedaron sin trabajo están camareras, meseros, recepcionistas, cocineras, lavaplatos, contadores entre otros.

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Empleado del Hotel Alameda por más de 23 años: “Es triste para nosotros que cierre, era nuestra segunda casa”

Carlos López tiene 47 años y 23 de esos ha trabajado en el Hotel Alameda. Cuenta que él ingresó en 1994 y posteriormente se desempeñó como auxiliar contable hasta este 26 de diciembre que recibió la noticia de parte de sus empleadores que hotel cerraría operaciones y entendió que desde ese momento era un desempleado más.

"Es triste para nosotros que cierre, ya que era nuestra segunda casa, aquí vivíamos y comíamos. Aparte del salario nos daban la comida, pero conforme fue decayendo ya solo dos tiempos de comida nos daban tres días por semana", dijo López a El Salvador Times al contar como recibió la noticia.

Y no es para menos, pues fue toda una vida que compartió en ese lugar y donde creció personal y laboralmente. Recuerda que inició trabajando como bodeguero allá por 1994. Hacía los inventarios y llevaba las tarjetas Cardex, las cuales registraban las entradas y salidas de los productos. Al principio todo lo hacía manual, pero con la llegada de la tecnología, aprendió a hacerlo todo en computadora alrededor de 1998. 

Relató que cuando él llegó a trabajar eran 85 empleados y cuando empezó a decaer la empresa apenas quedaron 41. Entre los empleados que se quedaron sin trabajo están camareras, meseros, recepcionistas, cocineras, lavaplatos, contadores, entre otros. Ahora él solo tendrá que terminar los papeles que deberá entregar a los próximos dueños, por lo que se quedado trabajando con los dueños, pero de manera independiente. 

"Se siente nostalgia de tanto tiempo trabajar en un lugar y que de la noche a la mañana le digan a uno que se terminó", expresó muy nostálgico López.

López contó que a todos los empleados les notificaron de imprevisto que el hotel quedaba cerrado a las 3:00 de la tarde del martes 26 de diciembre. Algunos de sus compañeros de trabajo se quedaron reunidos hasta las 10:30 de la noche para exigir a los dueños les cancelaran su indemnización.

Y aunque López siente que ha dejado media vida en el hotel, uno de sus compañeros definitivamente le gana. Se trata de Francisco Delcid, de 62 años -el empleado con mayor tiempo de trabajar ahí.

Delcid tiene 46 años de trabajar allí y que cuando le notificaron de la mala noticia se encontraba gozando de sus vacaciones anuales en Virginia, Estados Unidos.

"Él es el que tiene más tiempo, ya que inició trabajando en la construcción del hotel cuando era adolescente. Al recibir la noticia se entristeció", expresó.

El cierre total 

Cuando llegó el anuncio del cierre tomó a todos por sorpresa, incluso a los clientes, a quienes también tuvieron que pedirles que desalojaran. Los llamaron a recepción y les comunicaron que los iban a trasladar hacia otro hotel llamado Villa Serena.

"Los dueños jamás nos dijeron nada, si nos dábamos cuenta era por otros medios. Ya se escuchaban rumores sobre el cierre", manifestó.

En cuanto al dinero por el tiempo laborado, aclaró que hay promesas de los hijos de los dueños, quienes les prometieron que los iban a indemnizar.

Él cree que las razones por el cierre del Alameda es por la competencia de muchos hoteles que hay. Aseguró que uno de los principales problemas fue no haber actualizado con el pasar del tiempo, aparte que no hubo un administrador que supiese de mercadeo y evitara que decayera.

Mientras este medio estuvo en el lugar, observó cuando varios proveedores de alimentos llegaron al lugar a abastecer de producto. "A ellos se les va a llamar para posteriormente pagarles", aclaró.

La excelente comida del lugar

López relató que entre lo bueno del hotel estaba la comida, ya que a muchos extranjeros les gustaba la sazón que tenían. Incluso recordó que hace cinco años, el hotel obtuvo el primer lugar en carnes, luego de realizarse una competencia de todos los hoteles a escala nacional.

Su capacidad es de 105 habitaciones y la tarifa por una habitación sencilla costaba entre $42 a $45 por noche, mientras que la suite ubicada en la quinta planta con jacuzzi tenía un costo de $80 la noche, la cual era solicitada sobre todo para lunas de miel.

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Este es el estacionamiento, donde antes funcionó un centro de convenciones y una pista de hielo. 

De hecho, recuerda que hace cinco años llegó un grupo de 500 a 600 estadounidenses a hospedarse en el lugar y las habitaciones no alcanzaban. Entonces, la administración decidió enviarlos hacia otro hotel.

"Pero a ellos lo que les interesaba era comer aquí. Aunque comieran en el suelo o en la alfombra ellos dijeron que querían comer acá", aseguró.

En el lugar, también funcionaba un restaurante de nombre "La Mansión" y contaba con un salón principal y una piscina, uno de los atractivos porque siempre se mantenía funcionando. 

En el edificio ubicado en la parte de atrás, el cual está deteriorado por el terremoto de 1986. "Allí había una sala de convenciones y una pista de patinaje", recordó.

Hotel Alameda: un lugar de farándula

Entre los recuerdos más entrañables de López está la visita de Chespirito, quien se hospedó con todo su elenco, también Los Galos, Los Iracundos, Emmanuel y algunos grupos de rock.

"Vi cantar a Los Galos y los huéspedes pedían que bajaran a cantar a recepción", rememora con nostalgia.

En una ocasión que llegaron Los Galos, una de sus compañeras camareras no sabía que ahí se encontraban, pero cuando andaba limpiando las habitaciones tuvo la oportunidad entrar a la habitación de Lucho Muñoz, el vocalista de la banda. Ella sin percatarse que él estaba en la cama solo escuchó "como deseo ser tu amor", una de las estrofas más conocidas del grupo chileno.

Entonces ella, se molestó y le cuestionó quién era. Él le respondió "Lucho Muñoz a la orden" y ella entendió que se trataba del famoso cantante. Ambos rieron.

López contó que Los Galos iban a cantar a otros escenarios del país, su compañeros e trabajo los trasladaban en un microbús de un lado a otro. 

Por lo pronto el otrora Hotel Alameda, permanece con cinta amarilla, cerrado en sus puertas principales, atrás quedaron sus años de gloria y todo ese desfile de extranjeros que se hospedaron en el lugar, desde Hong Kong hasta Italia y Latinoamérica llegaron a visitar sus habitaciones. Ahora se encuentra a la espera del uso que se le dè por parte de la institución que la compró

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