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Sucesos - Luto

Fallece el periodista y escritor Tomás Andréu en el hospital Molina de Soyapango 

Trabajó en diario CoLatino, en la revista Raíces, en El Diario de Hoy, en El Faro, en el canal televisivo TVX y en sus últimos días en el periódico digital Contrapunto, donde ya había colaborado con anterioridad.

tomas andreu
Fallece el periodista y escritor Tomás Andréu en el hospital Molina de Soyapango 

El periodista y escritor salvadoreño Tomás Andréu, de 39 años de edad, falleció esta mañana de complicaciones de salud en el hospital nacional  "Dr. José Molina" de Soyapango.

Andréu, cuyo nombre verdadero era Tomás Antonio Medrano, trabajó en varios medios de comunicación del país, sobre todo en el área de cultura. 

Estudió licenciatura en Letras en la Universidad de El Salvador (UES) y posteriormente la licenciatura en Periodismo. 

Trabajó en diario CoLatino, en la revista Raíces, en El Diario de Hoy, en El Faro, en el canal televisivo TVX y en sus últimos días en el periódico digital Contrapunto, donde ya había colaborado con anterioridad.

Andréu, como era conocido en el ambiente literario y periodístico, escribía poesía y tenía varios poemarios inéditos en haber, entre ellos: "De ningún lado hacia ninguna parte" (2000) y "Los frutos Ingrávidos" (2005).

Sus restos serán velados a partir de las 5:00 de la tarde en la funeraria La Sagrada Familia de San Salvador junto a su familia, colegas y amigos. 

Un poema de Andréu: 

Somos efímeros

somos efímeros:
un relámpago en medio de la noche
sería más longevo que toda nuestra existencia
y el fulgor de una hebra de tabaco,
ardería más que todos nuestros sueños.

somos decadentes:
un perro putrefacto bajo el sol del mediodía
sería un  surtidor benevolente de retribución a natura
y  sería algo nuevo bajo el sol
más que todo el fruto de nuestras manos.

somos pequeños:
una ola del azul y profundo mar
sería más esbelta que nuestras ideas
y en la solaz orilla de la playa,
un nombre sobre la arena llegaría
lento al olvido, después del nuestro.
somos desolación:
el yermo Sahara en su vasta soledad
sería más fértil que nuestro enjambre de esperma
y la infinita arena que el sol hace relampaguear
perviviría más que toda nuestra descendencia.

somos efímeros,
somos decadentes,
somos pequeños,
somos desolación.
somos el poema que nadie acaba.

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