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Sucesos - Por bajos ingresos económicos

Sujeto dio golpiza a su mujer y la amenazó de muerte por negarse a abandonar la prostitución

Tras una relación de ocho meses la pareja se separó y, pese a que el proceso judicial le impedía al hombre acercarse a ella, este continúa amenazándola e insultándola. El caso fue llevado a un tribunal.

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Sujeto dio golpiza a su mujer y la amenazó de muerte por negarse a abandonar la prostitución

Una prostituta se enfrenta a un largo calvario luego que su pareja -quien en un primer momento le ofreció salir de esa vida- se convirtiera en su principal verdugo ante su negativa de dejar la prostitución. El señalado burla a las autoridades cada vez que quiere y se presenta al lugar de trabajo de la mujer pese a que tiene una orden de alejamiento.

Marcial Fermín Padilla Sosa se enamoró de Fabiola (nombre modificado por motivos de seguridad), una prostituta a la que pasó cortejando por varios meses hasta que en los primeros días de enero de 2015 formalizaron una relación, la cual parecía ir mejorando día con día.

El hombre llegaba casi a diario al lugar de trabajo de Fabiola para pasar tiempo con ella mientras esta trabajaba, además aprovechaba para ver a los clientes que atendía su mujer en la cervecería en la que ofrecía sus servicios.

Pasados tres meses de noviazgo, Marcial y Fabiola optaron por llevar la relación a una siguiente etapa al irse a vivir juntos. La condiciones del hombre eran que ella se fuera a vivir a una casa de él en Sonsonate y que dejara de trabajar como prostituta.

En un primer momento Fabiola cedió ante todas las condiciones puestas por su pareja y trató de iniciar una nueva vida en el occidente del país, zona en la que vivía con la familia Padilla Sosa, quien trabajaba en San Salvador.

Pero la necesidad de tener ingresos propios y no depender de su pareja obligaron a la mujer a regresar a su antiguo trabajo, aunque sin hacérselo saber a su marido.

Fabiola cada día tenía que ingeniárselas para inventar una nueva excusa para viajar a San Salvador a trabajar. Ello despertó sospechas en los familiares de Marcial quienes, a inicios de agosto de 2015, le hicieron saber sus dudas.

Padilla Sosa vivía en una habitación cerca del estadio Cuscatlán y un día pidió permiso para ir a verificar la versión que le habían dado sus familiares sobre los viajes de su mujer. De esta forma fue que Marcial llegó a la cervecería donde se encontró con Fabiola en plena jornada laboral.

Marcial reaccionó de la manera menos esperada: abordó a la mujer como un cliente más, pero la invitó a dejar el lugar para irse a tomar algo a las cervecerías instaladas en el campo de la feria en el parqueo del estadio Cuscatlán.

Sorprendida pero aún con temor, Fabiola accedió a la petición y salió con su pareja al referido lugar en el que estuvieron conversando hasta a eso de las nueve de la noche, hora en la que ambos se retiraron a una casa que era alquilada por Marcial.

Una vez en la habitación, el hombre le sugirió a su pareja que se cambiara de ropa para regresar a la feria, ante lo cual Fabiola se negó provocando el enojo del hombre quien comenzó a insultarla.

En su acusación, la mujer destaca que su pareja le reclamaba el hecho de haberse acostado con un sujeto al que consideraba su peor enemigo. Ella negó que eso hubiese ocurrido, lo que aumentó la ira de su agresor.

Los insultos de Marcial provocaron que Fabiola lo agrediera con una mordida en el brazo, lo que fue el detonante para que el hombre comenzara a golpearla en diferentes partes del cuerpo.

La mujer recibió golpes en la cara, al punto que se fracturó la nariz debido los puñetazos recibidos. Además recibió fuertes golpes en uno de sus brazos, los que según el reporte médico tardaron 12 días en sanar; mismo tiempo que se le otorgó de incapacidad.

Tras haberla golpeado, el hombre tomó un corvo y amenazó de muerte a su mujer, pero esta -para evitar ser víctima de una mayor agresión- optó por persuadirlo para ir a dormir, ante lo que Marcial no opuso resistencia.

Calculando que su pareja no se iba a percatar, la mujer huyó de la casa y acudió a un puesto de la Policía de la zona para interponer una denuncia por lesiones y amenazas.

Al ser notificado sobre la denuncia que pesaba en su contra, el hombre volvió a presentarse en el lugar de trabajo de Fabiola, y armó un escándalo que ahuyentó a los clientes.

El iracundo marido fue detenido por agentes de la Policía, pero tras conciliar ante un juez logró recuperar su libertad a cambio de indemnizar a Fabiola con $2,500. Además se le impuso una orden de alejamiento y se le prohibió ingerir bebidas alcohólicas por un periodo de dos años.

En marzo de 2016 el sujeto justificó ante el tribunal que no tenía trabajo y que no podía responder por el monto fijado como compensación.

Para octubre de ese mismo año y luego de que el hombre intentara agredir de nuevo a Fabiola, el juez ordenó reabrir el caso y extendió una orden de detención para que el sujeto respondiera por los delitos de lesiones y amenazas.

El pasado 9 de enero de 2017 la audiencia fue suspendida debido a la ausencia del imputado, quien fue declarado como reo rebelde. Ese mismo día la víctima manifestó que Marcial se presenta con frecuencia a su lugar de trabajo para amenazarla e intentar agredirla.

El tribunal a cargo del proceso fijará en los próximos días la nueva fecha para la vista pública.

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