Un jornalero está siendo procesado por haber robado $40,000 en una sucursal del Banco Azteca ubicada en el municipio de Mejicanos. En el atraco también habría participado la gerente administrativa, quien -para despistar a las autoridades- fingió haber sido sometida por los delincuentes.

El hecho ocurrió el 23 de marzo de 2014, cuando dos sujetos fuertemente armados ingresaron a las instalaciones de la referida institución bancaria en la que, a punta de pistola, amenazaron a los empleados. 

Uno de los asaltantes, identificado como Heredio Noe Benítez, de 52 años, habría llevado a la gerente del banco hasta la caja fuerte para que le brindara la clave secreta de la bóveda.

Ante la negativa de la mujer, Benítez sacó su celular y llamó a un hombre el cual le proporcionó los dígitos a marcar para que la caja fuerte se abriera. Tras conseguir la clave, los asaltantes sustrajeron $40,000 de la bóveda.

Mientras eso sucedía, varios policías del Cuerpo de Agentes Metropolitanos (CAM) de Mejicanos advirtieron movimientos extraños en el interior del banco, por lo que llamaron a la puerta para verificar la situación.

Los delincuentes habrían obligado a la gerente a abrir la puerta para atender a los elementos seguridad municipal e indicarles que todo estaba en orden, por lo que estos se retiraron del lugar. Una vez despejada la zona de escape, los asaltantes se retiraron del lugar a bordo de un vehículo.

Los empleados y clientes que estaban dentro de la sucursal llamaron de inmediato a la Policía, que acudió al lugar para realizar las investigaciones respectivas.

Los policías notaron un nerviosismo fuera de lo común por parte de la gerente, quien -tras un largo interrogatorio- confesó que había actuado en coordinación con los asaltantes y que las amenazas que le hicieron estos eran parte del plan para robar y despistar al resto de empleados y clientes.

La mujer aceptó colaborar con las autoridades bajo la figura de testigo criteriado y les detalló la forma como los delincuentes operaban, las zonas que frecuentaban y la forma como tenían planificado repartir el botín.

Ello permitió a las autoridades implementar un dispositivo de entregas controladas para localizar a los asaltantes, quienes al momento de ser capturados ya habían gastado parte del dinero robado.

La fiscal a cargo del caso reveló que los otros involucrados en el robo fueron procesados y condenados a prisión en el tribunal Sexto de Sentencia de San Salvador.

Mientras que el caso de Benítez se desarrolló en el juzgado Cuarto de Sentencia de San Salvador, quien decidió que el imputado tendrá que pagar una condena de 10 años de prisión por el delito de robo.