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Sucesos - El Color

Rap, explosiones, selfies y esperanza en la toma de posesión de Bukele en Plaza Barrios

La sesión solemne de la Asamblea Legislativa se realizaba frente al palacion nacional, pero el grupo de jóvenes estaban en su mundo, improvisaban un par de rimas con todo lo que veían a su alrededor.

Jóvenes rapearon
Foto de Ernesto Pérez
Rap, explosiones, selfies y esperanza en la toma de posesión de Bukele en Plaza Barrios

Unos minutos después de las nueve de la mañana inició todo, el evento que llega cada cinco años y que por primera vez en la historia democrática del país se realiza en un lugar abierto, la plaza Gerardo Barrios se vistió de gala y los visitantes esperarban ansiosos la llegada del mandatario salvadoreño para los próximos cinco años, al ritmo de un rap improvisado un grupo de jóvenes esperaba la entrada de Nayib Bukele.

La sesión solemne de la Asamblea Legislativa se realizaba frente al Palacio Nacional, pero el grupo de jóvenes estaban en su mundo, improvisaban un par de rimas con todo lo que veían a su alrededor y una que otra dedicada al nuevo mandatario.

Había nueve jóvenes formado una rueda, dos de ellas eran señoritas que con admiración observaban la agilidad mental y las rimas, propias del ritmo de música, que cantaban los siete jóvenes. Entre bromas se retaban para ver a quien le salían las mejores rimas. Dos de ellos mientras rimaban lucían sus camisas alusivas de Nuevas Ideas, el partido político impulsado por Bukele.

Algunas horas antes, a eso de las 6:47 de la mañana, mientras la Plaza Barrios se estaba llenando, el cielo estaba gris y la amenaza de lluvia estaba latente y preocupaba a más de alguno, una joven camina apresurada con su celular en la mano y está contando su desventura a alguien. La joven contaba que le ha tocado dar una "camellada" por varias calles debido al cierre en la zona, pero finalmente estaba ahí.

Otros jóvenes sacan sus celulares y buscan la mejor posición para tomarse una "selfie" u otras fotos para presumirlas en sus redes sociales. Fiel al dicho popular de que "el salvadoreño como sea se rebusca", un hombre ha colocado atrás de las sillas de los invitados especiales, unas camisas, broches y agendas con fotos de Bukele esperando a algún interesado.

Hacemos un recorrido, por el sector de la Biblioteca Nacional, la mayoría que están en esa zona en ese momento son hombres, de repente, aparece una mujer en minifalda negra, y las pupilas de ellos no dejan de observarla y más de alguno se atreve y le lanza un "piropo", gesto que a la muchacha no le hace mucha gracia.

A las 7:26 de la mañana del cielo empiezan a caer una que otra gota, haciendo que más de alguno de los asistentes se arrepienta de no llevar sombrilla, las grandes colas de personas intentando ingresar van calentando el ambiente. Desde chichos, jóvenes y adultos, van acomodando su lugar para no perderse nada del traspaso de mando.

Los asistentes le dejaron en claro a los padres de la patria que no están nada contentos con su trabajo, Sánchez Cerén entregó la banda presidencial, Norman Quijano se la impuso a Bukele, el presidente habló 24 minutos, la sesión llegaba a su fin con la salida del pabellón nacional.

Con el evento casi agonizando, una cuadrilla de empleados de la alcaldía municipal de San Salvador, ha llegado al lugar para hacer el trabajo que muchos de los asistentes no hicieron, recoger la basura. Uno de los mensaje de Bukele no caló, que pidió que no votaran la basura en la calle, pero pareció que algunos no escucharon eso. Los empleados municipales lidiaron con ese mal del que padece el pueblo salvadoreño de votar lo que come a la calle.

Se acerca una mujer y nos pregunta, disculpe muchacho, ¿dónde puedo encontrar comida para el desayuno?. Por su timbre de voz percibo que es del oriente de país.

Los cuatro morteros de celebración 

Los veteranos de guerra no faltaron, tres de ellos recordaban sus mejores tiempos y vestidos con uniformes se habían concentrado frente a unos negocios. Eran las 10:21 de la mañana y habían estado esperando el momento exacto de la juramentación del nuevo presidente para sacar unos morteros que tenían guardados.

Uno de ellos se animó y sacó el explosivo de su bolsa y lo puso al suelo, le prendió fuego a la mecha y explotó, lo que tomó desprevenidos a algunos y sacó uno que otro susto, especialmente en un pequeño de unos cincos años que estaba cerca.

No conforme con eso, saca otros tres y repite la dosis, "boom", "boom", "boom", todo mientras Bukele ponía la mano en la biblia. La algarabía del excombatiente llegó a su fin cuando un militar con gafas amarillas llega a donde está y le advierte que no lo siga haciendo. Las sorpresas del público no solo fueron las explosiones sino que un sonido ligero que emanaba del cielo los cautivó. Era una flota de cinco aviones de la Fuerza Armada que se desplazan a gran velocidad.

Cerca de mi hay dos mujeres, una de la tercera edad y otra joven, junto a ellas están dos niñas y un niño quienes con una lata de gaseosa Kolashanpan en sus manos se quedan asombrados y atónitos por la rapidez y el ruido que emanan los aviones.

Ya son las 11:14 de la mañana y algunas personas empiezan abandonar el lugar, pero al enterarse que estaban dando gaseosas en lata, agua en botella y en bolsa, deciden ir a por una ellos también. El personal del evento no daba abasto.

Al final del acto de la toma de posesión, veo los rostros de salvadoreños(as) esperanzadores, como que si algo bueno les va a ocurrir. Se muestran muy optimistas y algunos de ellos, hasta se sienten importantes al ser entrevistados por periodistas extranjeros.

Cuatro morteros

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