Matilde Amélida Pimentel Álvarez, de 22 años, estudiante de la carrera de Profesorado en Matemáticas de la Universidad de El Salvador (UES) Facultad Multidisciplinaria de Occidente (Santa Ana) tiene la peculiaridad que recibe sus clases en línea cerca de una montaña ubicada en el cantón El Tigre en Ahuachapán.

El lunes 17 inició un nuevo ciclo y sólo le falta un año más para graduarse, pero a raíz de que donde vive con su familia de ochos hermanos, la señal de internet es malísima, tiene que ubicarse en un sector alto para captarla bien.

"Ayer estaba empezando como no tenía buena señal fui a cortar un palo y lo puse parado con un gancho y así trabajé", explicó la joven.

Donde ella reside es bastante retirado de la ciudad de Ahuachapán, casi fronterizo con Guatemala, además, donde está su casa es una zona baja lo cual le dificulta para obtener buena señal en su celular.

Al conversar con Matilde, se nota a una joven humilde pero con ganas de sacar su carrera de tres años y conseguir lo más pronto posible un trabajo.

En la actualidad sus padres son de escasos recursos y no tienen un trabajo fijo para ayudarle con sus estudios, pero eso no le ha quitado el sueño de seguir estudiando a pesar de las precariedades que enfrenta.

"No me han detenido las barreras, gracias a Dios soy bastante optimista. Mi aspiración es sacar la carrera de profesorado y encontrar un trabajo para ayudarle a mis padres y luego sacar la licenciatura que me la podría pagar trabajando", aseguró.

Antes de la pandemia, la estudiante universitaria dijo que le tocó trabajar de hacer limpieza en una casa e iba a estudiar, pero con la pandemia del Covid-19 no salió por la cuarentena.

Para ir a estudiar le tocaba madrugar ya que el trayecto para llegar a la universidad es bastante lejos

"Cuando estudiaba de manera presencial y tenía clases a las 6:45 de la mañana me levantaba a las 3:30 de la madrugada...mis hermanos me iban a dejar a Ahuachapán y ahí me tocaba irme en un pick up o microbús".

Ser personas de bien

Matilde hizo una reflexión y aconsejó a otros jóvenes que si cuentan con los recursos necesarios a que tengan los deseos de superarse y ser personas de bien porque se llegará un momento en que ya no se dependerá de los padres para enfrentar la vida.

"Debemos ser buenas personas para ayudar a la sociedad y servir de reflexión y enseñarles a los demás ese deseo de superarse", externó la joven.

También hizo un llamado a las personas que al igual que ella carecen de los medios o recursos económicos de que nada es imposible en esta vida. "Cuando ponemos la cosas en manos de Dios en primer lugar, él nos da todo diariamente", expresó.

Explicó que gracias a su ímpetu y deseos de sacar su carrera universitaria y conseguir un empleo lo más pronto posible para ayudar a su familia, a su hermana le ha servido de inspiración y ella también está estudiando, pero otra carrera diferente a la de ella.

Por último la joven dijo que lo que más necesita en este momento es un teléfono con todas las aplicaciones y que instalen antenas en el cantón el Tigre para obtener buena señal de internet y culminar sus estudios.

Matilde y su hermana estudiando cerca de la montaña