"Es una putía que solo sale con gringos", fueron parte de las palabras con las que se refería un médico a una mujer que no quiso continuar con la relación sentimental que ambos sostenían. Esas palabras -y otras que constantemente profería- lo llevaron hasta el banquillo de los acusados donde confesó por el delito de expresiones de violencia contra la mujer.

A cambio de la confesión, el juez le infringió una multa de $1,000 a la víctima, que deberían servir para sus tratamientos sicológicos.

La pareja se conoció durante un viaje a la playa El Cuco, San Miguel, en 2014. Enrique Guillermo Navarrete, un médico que vivía en la colonia Escalón, había llegado hasta el lugar a pasar un rato ameno y conoció a la víctima, que trabajaba una cervecería de la zona.

Durante los años 2014 y 2015 mantuvieron una relación sentimental que llegó a su fin cuando la víctima decidió terminarla, provocando el enojo del doctor, que comenzó a "acosarla en redes sociales, con mensajes de texto degradantes y de menosprecio", según la acusación fiscal.  

Y de las palabras de amor y cariño, el imputado pasó a referirse a ella como una "putía", "india" y "cholera".

"Me siento ofendida. He tenido problemas de salud desde que inició esto hasta ahorita", señaló la víctima, una joven de contextura delgada de unos 28 años.

Continuó el acoso

Pero las cosas no pararon ahí. Según el ministerio público, el médico continuó buscando a la mujer cuando se enteró que había iniciado una nueva relación sentimental con otra persona. 

Según el ministerio público, Navarrete llegó hasta el lugar de trabajo de la víctima para gritarle palabras denigrantes.

"Esas palabras reflejan desconsideración del imputado. Hay una intención de burlarse y desacreditar a la víctima", dijo el juez del caso antes de emitir su sentencia en un proceso abreviado, tras un acuerdo entre la fiscal del caso y la abogada defensora.

"Si la ofendí, le pido perdón"

Durante la audiencia, el imputado le pidió perdón a la víctima,"si se dieron (las ofensas), fueron en momento de frustración y dolor y le pido perdón si la ofendí. Yo solo quiero continuar con mi vida y que ella sea feliz con la suya", expresó ante el juez.

Las expresiones de violencia contra las mujeres son sancionados con multas económicas que oscilan entre dos y 25 salarios mínimos del comercio y servicio.

Tras el juicio abreviado en el que el imputado confesó los delitos fue condenado al pago de dos salarios mínimos, además del pago de $1,000 a la víctima en concepto de responsabilidad civil.