El ministro de Justicia y Seguridad, Mauricio Ramírez Landaverde, se mostró respetuoso ante la petición que la iglesia luterana hará para que las Naciones Unidas intervengan en un proceso de desarticulación de la pandilla MS, aunque remarcó que el Gobierno no tiene previsto participar en dicho proceso.

“Cada quien tiene derecho en las cosas en las que cree”, remarcó el funcionario al mismo tiempo que aseguró que entrar a un diálogo con las pandillas “sería caer en la ingenuidad, ya que esto sería desconocer que son organizaciones de una red criminal para lucrarse”.

El ministro consideró que las pandillas no tienen intenciones de abandonar los negocios ilícitos que han establecidos. Algo que los delincuentes quieren cuidar emulando un proceso de paz, tal como ocurrió en 2012.

Ramírez Landaverde recordó que en marzo de 2016 los grupos criminales ofrecieron algo similar, esto para evitar que se aprobaran las medidas de seguridad extraordinarias, mismas que están próximas a ser ampliadas desde la Asamblea Legislativa.

"Se quieren hacer ver como víctimas con la ayuda de algunos medios de comunicación, es el trabajo de un grupo con relación a las pandillas que busca procurar que las medidas no se aprueben que haya una presión para que el Gobierno se relaje", remarcó el ministro.

"Todas organizaciones que apoyen, con mucho respeto a su labor, cada quien tiene derecho a trabajar por lo que cree, pero no podemos creer que ellos van a dejar sus actividades ilícitas, sobre todo sus cabecillas”, señaló.

El funcionario en su intervención en la entrevista Frente a Frente de TCS, recordó que la inmensa mayoría que son miembros de pandillas viven en la pobreza extrema, pero los cabecillas viven en lujos.