• Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Sucesos - continúa el éxodo para decenas de familias

Testimonio de policía: “Es cierto, alguna gente colaboraba con las maras en Caluco pero lo hacían por miedo”

Un agente policial anónimo confirmó que algunas familias que han emigrado tenían vínculos con las maras de Caluco pero eran obligados a colaborarles, dijo.

escuela de cantón Los CAstaños CAluco
Escuela de cantón Los Castaños Caluco, fue cerrada ante las amenazas de pandillas.
Testimonio de policía: “Es cierto, alguna gente colaboraba con las maras en Caluco pero lo hacían por miedo”

El éxodo de varias familias continuó en Caluco, Sonsonate, durante las últimas horas, ante el temor de ser agredidos por las maras o que la PNC los involucre como colaboradores de pandillas y procedan a capturarlos.

El director de la PNC, Howard Cotto, en unas polémicas declaraciones el viernes vinculó a más de 50 familias desplazadas de distintas zonas de Caluco y Panchimalco, como colaboradores de las pandillas o que ellos mismos tienen familiares pandilleros.

Un policía de Sonsonate que pidió que no se revelara su nombre, confirmó a Diario El Salvador Times, que su jefe tiene razón, pero agregó que muchas familias han mantenido colaboración o vínculos con pandilleros debido a que son obligados a ello; sin embargo, los mismos mareros actuaron “como Judas” y traicionaron a las personas que los protegían, dijo el agente, por lo que decidieron emigrar en busca de refugio.

En lo que va del mes unas 12 familias abandonaron sus casas y pertenencias en el cantón el Castaño, de Caluco, y otras 40 lo hicieron de cuatro caseríos del cantón Mil Cumbres de Panchimalco.

La PNC dio seguridad a las personas que sacaban algunas de sus pertenencias y las subían a camiones para llevarlas a lugares más seguros. Ni la presencia policial ni los esfuerzos de la policía comunitaria y el trabajo de campo de las Fuerzas élites impidió el éxodo de estas familias.

Pese a que los habitantes sostienen que su retiro se debe a los constantes homicidios de personas inocentes, la policía obtuvo información de que algunos ciudadanos colaboran con los pandilleros ya sea por voluntad propia o porque son obligados.

“Vamos a poner un puesto policial ahí mismo, en una de las casitas que la gente ha dejado, para que no se sigan yendo”, señaló el policía consultado por este Diario, quien se mostró optimista que con esta medida volverá la confianza en las personas para que regresen.

En el caso de Caluco, algunas familias migraron debido a que en las últimas semanas los pandilleros asesinaron al menos a dos personas que los apoyaban. “Había mucha gente que les colaboraba a ellos, pero los mareros actuaron como Judas y los traicionaron, o sea les clavaron el cuchillo en el espalda a la mismas personas que en algún momento les han colaborado”, dijo el agente.

Para el policía consultado, la gente ya no quiere seguir ayudando a las maras y por eso han optado por buscar refugio en otras zonas, señaló.

Esta semana la escuela del cantón Los Castaños amaneció cerrada; sin embargo, los habitantes esperan que la situación se normalice como ocurrió en el cantón Tunalmiles, al norte de Izalco, donde unas cien familias abandonaron sus casas pero luego de un tiempo regresaron al ver que se había instalado una base militar y policial.

Por el momento, la policía de Sonsonate ha logrado un acuerdo con la Fuerza Armada para instalar una base en Los Castaños, señaló la fuente, y espera que la medida sea efectiva para devolver la tranquilidad en el área.

Según un estudio de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) publicado en agosto de este año, en lo que va del año, han recibido un total de 236 denuncias de desplazamiento forzado desde distintos puntos del país.

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