• Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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Sucesos - Fue condenado a cinco años de prisión

Asesino dice a la viuda de su víctima: "Me compadezco de la señora, estoy consciente que sufre por la pérdida de su compañero"

El vigilante, de 61 años, dijo que actuó en legítima defensa; que los mareros lo tenían "marcado", porque querían quitarle el arma de su trabajo.

condenado por homicidio de un pasajero por disputa de asiento
Mario Alfredo Sánchez Ortega, un vigilante privado de 61 años, fue condenado a cinco años de prisión.
Asesino dice a la viuda de su víctima: "Me compadezco de la señora, estoy consciente que sufre por la pérdida de su compañero"

A Mario Alfredo Sánchez Ortega, un vigilante privado de 61 años, le cambió la vida cuando tomó el microbús de la 38-A la noche del 27 de octubre de 2016 cuando salió de su trabajo.

Esa vez, se encontró con un hombre a quien terminó dándole un tiro mortal con su arma de equipo, en medio de la disputa de un asiento.

Eso fue lo primero que se conoció del hecho cuando ocurrió: que un hombre había matado a otro dentro de un microbús cuando este transitaba por el kilómetro 14 y ½ de la Troncal del Norte, del municipio de Apopa.

Mario fue a juicio por el homicidio del que se dijo había sido un crimen por intolerancia.

Sin embargo, Mario dijo ante el Tribunal Quinto de Sentencia de San Salvador que nunca quiso matar a Javier Antonio Huezo Díaz, de 36 años, pero que se sintió amenazado y decidió defenderse con su arma de fuego.

El sexagenario contó que pandilleros de la zona de Apopa habían querido robarle o quitarle el arma, por lo que él siempre se mantenía alerta cuando transitaba en esa ruta.

“Varias veces, habían querido sorprenderme. Ya me tenían marcado. Esa ruta se caracteriza por colaborar con ellos”, dijo en la audiencia.

Por esa razón, cuando Javier se le acercó para quitarle el asiento, temió por su vida: “No pude evitar lo que sentí. Me sentí en peligro de muerte y ejercí mi defensa propia. Mi vida corría peligro”, manifestó.

A la audiencia, asistió la esposa del fallecido y en su derecho a la última palabra, Mario le pidió disculpas a la viuda, quien se conmovió hasta las lágrimas.

“Yo, me compadezco de la señora y estoy consciente que está sufriendo por la pérdida de su compañero de vida”, le dijo.

Fiscalía y defensa habían acordado que si el imputado confesaba su crimen, se iba a cambiar la tipificación del delito a homicidio simple y se pediría la pena mínima. A este acuerdo se le conoce como procedimiento abreviado, el cual finalmente fue autorizado por el juez.

Mario fue condenado a 5 años de prisión por este asesinato, así como a pagar $1,071 a la viuda por responsabilidad civil por los gastos funerarios en los que incurrió por la muerte de su compañero de vida.

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