• Diario Digital | viernes, 26 de abril de 2024
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Sucesos - Relato

Taxista privado a pandilleros que querían secuestrarlo: "Me van a hacer algo, pero los tres nos vamos a morir"

El taxista relató a El Salvador Times los momentos de angustia que vivió cuando dos clientes (pandilleros) le solicitaron el servicio para trasladarlos a Santo Tomás y las acciones que realizó para evitar que lo raptaran o asesinaran.
Taxista y pasajeros heridos
Imagen de carácter ilustrativo.
Taxista privado a pandilleros que querían secuestrarlo: "Me van a hacer algo, pero los tres nos vamos a morir"

Alfredo P. (nombre cambiado por seguridad) es un taxista privado y se gana la vida transportando clientes a diferentes lugares del país; sin embargo, debido a la naturaleza de su trabajo también ha sufrido algunos inconvenientes en donde ha estado en juego su vida.

El transportista relató a El Salvador Times una mala experiencia que le tocó vivir cuando le salieron dos clientes que al final eran pandilleros.

Un sábado —como de costumbre— salió a trabajar entre las 9:00 y 10:00 de la noche. De repente le cayó una notificación en la entrada del Hotel Intercontinental en San Salvador. Su lógica lo llevó a aceptar la solicitud por ser supuestamente un lugar confiable.

Entre las conversaciones que se hacen cuando se gestiona el viaje, los clientes le dijeron que iban para Santo Tomás, al sur de San Salvador. "Les pregunté cuántas personas eran y ellos me dijeron que dos. Cuando llegué al lugar, efectivamente eran dos jóvenes, y según la edad que yo les calculé tenían entre 18 a 20 años", dijo Alfredo.

"Cuando inicié el viaje los saludé. Uno se me sentó adelante y el otro atrás. Ya cuando emprendí la marcha a Santo Tomás, el recorrido era irme por toda la 49 Avenida Sur y circular por el Paso del Jaguar".

"Íbamos por el Estadio Jorge Mágico González, cuando el sujeto de atrás me dijo: ¡Vaya, vas a cooperar!... no vamos para Santo Tomás... vamos para un cantón y ahí nos vas a cooperar, porque vamos ir hacer unas vueltas... vas a cooperar y vos tranquilo.

"El que iba sentado adelante se iba tocando algo así como un arma y el que iba atrás escuché que hizo un sonido que era un arma, al parecer.

"Al circular por las cercanías del Monumento del Hermano Bienvenido a Casa pensé en mi familia, porque yo tengo a mi hijo de 11 años, mi esposa y mi mamá. Pensé ‘¿qué hago?, ¿cómo agarro el celular?’".

"Incluso ellos me dijeron ‘No agarrés el teléfono... solamente queremos verte la aplicación ahí; no toqués el teléfono para nada y vos tranquilo".

"Nos vamos a morir los tres"

El taxista explicó que al llegar al paso del Jaguar, no sabe en que momento se desconectó y empezó a acelerar a profundidad. Manejó a una velocidad de 120 kilómetros por hora e hizo un "zig zag" en la calle ya que no había mucho tráfico.

"Los dos sujetos al ver eso me preguntaron: ‘¿Qué pedo con vos? agarrala al suave’ y el que iba adelante intentó tomarme el timón".

"Yo les dije: vaya, nos vamos a morir los tres... ustedes me van hacer algo, pero los tres nos vamos a morir. Mi intención era irme a dar a un poste que está en la entrada de la carretera a Los Planes de Renderos, ahí hay como un bordo y ahí pensaba hacerme leña, pues yo llevaba el cinturón de seguridad y ellos no... eso hizo que agarrara valor.

"Voy ir a chocar, me voy ir a un barranco porque ustedes me van a matar. Y se me metió eso, y me dio un pánico y el mismo miedo me hizo actuar así", relata el taxista.

Alfredo detalló que después de pasar por el desvío Los Planes de Renderos el carro le patinó, pero en ningún momento dejó de acelerar.

Cuando íba llegando por la terminal del sur, cerca de una gasolinera y pasarela le dijeron los pandilleros: "No, la onda es que por aquí nos vamos a bajar. ¡Agarrála al suave!".

"No me estacioné así normalmente. Yo atrevesé el carro en la calle, así me quedé y el tráfico se empezó a hacer y me comenzaron a pitar. Los bichos se bajaron y sólo me dijeron: No "volties" a ver y se perdieron entre la gasolinera y unos matorrales en el lugar".

"Me quedé pensando si era cierto lo que me estaba pasando, entonces empecé a temblar y me fui del sector.

"Gracias a Dios, empecé a contactar con mis compañeros por el grupo de Whatsapp y comentándoles lo que me había pasado. Tiré un código, porque nosotros manejamos un código de emergencia y después llegaron dos de ellos. Me compraron agua y gaseosa para tratar de tranquilizarme".

"El desenlace de esa experiencia fue el susto. Si ellos me hubiesen hecho algo o me hubieran puyado,  nos hubiésemos ido a estrellar o a dar vuelta".

Recomendaciones a otros taxistas privados

Después de vivir esa angustia, Alfredo recomendó a otros taxistas privados pedirle mucho a Dios que los proteja; además de andar un teléfono con chip y encendido.

"Si es posible, cuando usted vea que las personas que se van a subir puede enviar la ubicación al grupo de Whatsapp de los compañeros y tirar el código de emergencia para que ellos estén pendientes y decirles la ubicación a dónde va".

También recomendó que si el carro es polarizado hay que bajar los vidrios y, si es posible, tener el carro con GPS y con cámara.

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