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Sucesos - Un recorrido a Mariona

FOTOS Y VIDEO: La nueva esperanza de los reos que vivían en el infierno de Mariona

Los tiempos en los que las bandas dominaban cada pasillo del centro penal se esfumaron y ahora se abre una nueva puerta para la rehabilitación de los internos. 

MARIONA REJAS ESPOSAS
Foto: Yéssica Hompanera
FOTOS Y VIDEO: La nueva esperanza de los reos que vivían en el infierno de Mariona

Entre unas cuantas casas y abundante maleza está ubicado el Centro Penal “La Esperanza”, uno de los lugares que por su pasado es de los más temidos del país pero que desde hace varios ha venido transformándose a un verdadero centro de readaptación de infractores de la ley.

Para alguien que escuche el nombre de Mariona, el otro nombre de este penal, se logra imaginar un lugar sombrío y cargado de hacinamiento. Sin embargo, eso ahora es la sombra de la que algún día fue.

Mariona fue inaugurada en el centro de la capital en 1887 pero en 1972 fue trasladado al cantón San Luis Mariona de Cuscatancingo y actualmente tiene un estimado de 5,000 internos que cumplen sus condenas con la esperanza de no volver a caer y reinsertarse en la sociedad, solo pide “una segunda oportunidad”.

La nueva esperanza

Para muchos hombres Mariona ya es su casa, lugar del cual obviamente quieren salir pero agradecidos por el programa de rehabilitación “Yo Cambio” ejecutado por la Dirección General de Centros Penales (DGCP) el cual le ha dado una vida más digna a los reclusos.

Este centro penal en años anteriores era considerado como uno de los peores lugares para cumplir una condena; pasillos llenos de basura, desechos humanos, pasillos manchados, oscuros y mal olientes era el pan de cada día de los internos.

En 2004, se produjo uno de los episodios más sangrientos en la historia de esta prisión cuando 31 internos los cuales fueron atacados con armas hechizas durante un disturbio entre reos comunes y pandilleros que incluso tuvo un partido de fútbol disputado con la cabeza de uno de los muertos.   

Fue a partir del 2011 que las autoridades quitaron el control a los grupos criminales que vendían droga, armas y decidían el destino de los internos, estas acciones fueron cambiadas por cursos de cocina, carpintería, peluquería, panadería, pintura y deporte.

Mariona futbol

Faltan unos minutos para las nueve de la mañana de 31 de julio de 2018, una fila de jóvenes, con las esposas puesta en los tobillos y en las muñecas, hacían fila al lado de unos pequeños cuartos a la espera de ingresar al recinto por primera vez.  

Acusados de diferentes delitos, estos hombres que no pasan de 25 años comienzan a conocer las reglas que se deben de respetar en el centro penal en el que se encuentran desde pandilleros hasta un expresidente de la República y un exfiscal general.

Luego de pasar por la revisión, los nuevos internos comienzan a conocer la que se convertirá en su lugar de residencia por el tiempo que determine el juez a cargo del proceso, como mínimo generalmente son dos años.

Una de las zonas que ayuda a los internos a cambiar de panorama son los jardines llenos de flores silvestres y rosas que adornan las oficinas administrativas. Las paredes pintadas de café, blanco y lineas amarillas dan la impresión de limpieza. Pero no deja de sentirse como una cárcel ya que las paredes llenas de alambre de púas al final.

pasillos de mariona

El jardín es la ruta que dirige a los internos al cuarto de visitas el cual se divide por una pared, a un lado está el reo y al otro la visita. Generalmente en esta zona quienes llegan con más frecuencia son los abogados para discutir el plan de defensa de su cliente.

El regreso de este punto para los nuevos reclusos puede complicarse debido a que quien no conoce Mariona se pierde con facilidad debido a que cada espacio está pintado de los mismos colores y conectan con los diferentes sectores, entre ellos el famoso sector 9  donde están recluidos Elías Antonio Saca y Luis Martínez quienes están alejados de los "reos comunes".

Son las 9:40 de la mañana y en uno de los corredores se escucha claramente la respiración de un grupo de hombres quienes bajo una pancarta amarilla actúan a órdenes del maestro quien dice: “Respiren. Tomen la posición de reverencia, concentración”.  Los cuerpos de los más jóvenes se mueven sin dificultad pero las personas mayores lo hacen con dificultad.

MARIONA CLASES DE YOGA

A la par de la clase de la tranquilidad del Yoga se encuentra el grupo de Alcohólicos Anónimos quienes como es común entre reproches entre ellos intentan mantenerse alejados del vicio que los llevó a cometer cosas impensadas. "Nosotros somos diferentes, no tenemos que volver a recaer”, le remarcó un interno a los otros.

Como parte del modelo de “Yo Cambio”, cada interno debe de impartir las clases del área que en la mayoría de los casos aprendieron dentro de la prisión, uno de ellos es José, un reo que fue procesado por agredir a una mujer pero que ahora es el encargado de la clase de igualdad de género que se imparte a 80 hombres.

“Erradiquemos la violencia en contra de la mujer. La mujer merece ser valorada”, era la temática de esa mañana y que fue recibida por muchos hombres que están condenados por violación y violencia intrafamiliar.

La puerta se cerró y se abrió otra que da con corredor amplio, el sol brilla y calienta en su esplendor. En una pequeño corredor hay uno grupo de hombre vestidos de blanco que ojean y leen libros que los trasladan a otros mundos.

Mariona programa

La lectura que hacen estos reclusos se ve amenizada por el canto de los alumnos de inglés quienes a capella interpretan "Sweets Dreams" el famoso de la banda  Eurythmics, el cual es interpretado con mucha emoción.

Sus mismos compañeros les muestran su admiración con fuertes aplausos, es imposible contener una sonrisa. Ellos dicen que han hecho un gran esfuerzo porque a pesar de estar dentro de un penal han aprendido un nuevo idioma que podría abrirle las puertas cuando cumplan su pena.

Reos del Centro Penal “La Esperanza” interpretaron, en la clase de inglés, "Sweet Dreams", de Eurythmics. Ellos son parte del programa “Yo cambio” ejecutado por @Comunica_DGCP pic.twitter.com/zwcf3InndD

— Yessihompa (@Yessihompa) 3 de agosto de 2018

MARIONA ANTES

Los filtros de la visita

Afuera de "La Esperanza” hay una caseta grande pintada de amarillo, en su interior hay unas bancas donde los parientes esperan su turno; muchos de ellos cargan bolsas transparentes con ropa blanca, uniforme permitido dentro del reclusorio.

Un interno comentó a El Salvador Times que recibir una visita es una ventana que se abre hacia afuera. Tener al frente un familiar significa que no se han olvidado. “Hay muchas personas que ya no regresan y los dejan abandonados”, dijo con cierto tono de tristeza.

Los registros que se son desgastantes para quienes buscan ver por unos minutos a su ser querido, ya que hay una serie de filtros por los que se tiene que pasar: En la entrada principal el vigilante revisa las pertenencias para no dejar pasar cualquier ilícito como teléfonos celulares, chips, cigarrillos, memorias USB, entre otros.

Una vez autorizada la entrada se camina una pequeña pendiente que lleva hacia unas oficinas ahí se deben de quitar todo aparato metálico para luego pararse en un escáner y como último paso tiene que pasar a un pequeño cuarto con paredes de yeso donde un custodio lo inspecciona, abre una pequeña puerta rumbo a los cuartos donde su pariente lo espera.

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