Jimmy, de 42 años, es el propietario de uno de los puestos que se quemaron a raíz de un cortocircuito en la calle Rubén Darío, en el centro de Salvador.

Para el comerciante, que tiene ocho años de vender sus productos en el lugar, no fue nada fácil encontrar su local consumido por las llamas la mañana del viernes.

El preocupado vendedor, con esposa y tres hijos, dijo a El Salvador Times que en su puesto se comercializaban camisas deportivas, casuales, de vestir, pantalones de lona, camisas deportivas para niño y adulto.

Explicó que la mercadería es importada de Guatemala y solo en la remodelación del puesto gastó $1,500 y cada maniquí que tenía, que eran 12, costaban entre $50 a $60.

Según Jimmy, a pesar de que el puesto es pequeño, las pérdidas ascienden a miles de dólares en mercadería.

“Ahí hay miles de dólares en pérdidas, si a cada proveedor yo le debo entre $500 a $1,000”, aseguró el comerciante.

“Estoy jodido, tengo tres hijos y ahora ¿quién me los va a mantener?”, se lamentó.

“Si ahorita me la estoy viendo con hambre ya con esto va ser peor (…) de aquí dependíamos, de mi negocio toman leche mis tres hijos y ahora ¿cómo voy hacer?”, se cuestionó. 

“Pediría que se acerquen los bancos, que vengan y ayuden al pobre… nosotros los pobres somos los que pagamos la consecuencias siempre”.

El comerciante afectado solicitó ayuda a la alcaldía y a los bancos un crédito accesible sin que lo exploten con los intereses.

“Esto es un esfuerzo de uno... esfuerzo de su sudor, desvelos, aguantadas de agua, de viento, sol, humo de los buses", detalló.

Foto cortesía de Bomberos.

Foto: Ernesto Pérez.