Luego del fallo a su favor en el proceso iniciado por los hijos de su esposo que le disputaban la herencia que le otorgó este, Liliana Margarita Peña Ferrufino, arremetió contra estos y la Fiscalía General de la República (FGR), a quienes acusa de denigrarla como mujer.

La viuda de José Ernesto Chavarría desmintió los señalamientos realizados por el fiscal a cargo del caso, quien presentó una acusación en la que se le presentaba como la secretaria que enamoró con oscuras intenciones al ya fallecido empresario.

Los apoderados legales de Peña Ferrufino aclararon que la relación que ambos establecieron no fue fugaz como se hizo ver en la audiencia de instrucción realizada la semana pasada, ya que la pareja se conoció en 1994.

Al mismo tiempo, aclararon que su clienta no es una secretaria como fue presentada ante la justicia salvadoreña, ya que en realidad es notario con permisos para ejercer en Estados Unidos y que incluso al tener la licencia de “bróker” (agente intermediario en compra y venta) en aquel país, llegó a tener más poder de decisión en la sociedad que conformó con su pareja. 

Para 1997, Chavarría y Peña Ferrufino iniciaron una relación sentimental pero no quisieron establecer un vínculo legal, hasta 2009, año en el que el hombre se enteró que padecía leucemia en una etapa terminal.

Para asegurar que la fortuna que amasaron juntos quedara a nombre de su pareja, Chavarría solicitó a su hermana Esmeralda que le organizara una ceremonia íntima para celebrar la unión legal en una casa a nombre del empresario en la colonia Médica de San Salvador.

Posterior a la boda civil, celebrada en julio de 2009, el empresario falleció a finales de septiembre y es hasta esa fecha en la que Ernesto y Concepción Chavarría mostraron preocupación por su padre con quien mantenían una relación distante.

En las entrevistas realizadas a médicos que atendieron a Chavarría se hace constar que la única acompañante que este tenía era Peña Ferrufino, quien corrió con los gastos completos del tratamiento que se le realizó, monto que supera los $40 mil.

Para octubre del mismo año iniciaron los litigios legales entre los hijos de Chavarría y la viuda, esto pese a que en vida y al momento del divorcio de la madre de estos, José Ernesto les entregó una casa en California.

Sobre el supuesto juicio que los hijos de su fallecido esposo dijeron que iban a abrir en Estados Unidos, los representantes legales de Peña Ferrufino aclararon que este ya pasó y que al igual que en el proceso judicial en El Salvador el resultado fue favorable a su clienta.

Los abogados también remarcaron el trabajo fiscal en este proceso, ya que al momento de presentar las pruebas arbitrariamente decidieron dejar fuera los testimonios de la hermana del empresario y el médico que lo atendió durante sus últimos días con vida ya que estos favorecían a su representada.

En cuanto al peritaje en el que se detectaron ciertas irregularidades en los documentos tanto de la unión legal como del testamento, los abogados de la mujer señalaron que la salud de Chavarría fue la que produjo esto y subrayaron que ese estado no fue notificado al perito a cargo de la inspección, asegurando que este hecho cambiaría radicalmente el informe que se hubiera entregado.

La viuda consideró que los hijos de su fallecido esposo están molestos porque no les heredó nada, decisión que fue tomada con plenas facultades de este durante los últimos días de vida.

A inicios de esta semana el tribunal Séptimo de Instrucción de San Salvador dejó sin efecto la acusación en contra de Peña Ferrufino y otras nueve personas que eran señalados de ayudarla a  apropiarse de manera ilegal de una cuantiosa herencia.