Verónica C. (identidad protegida) pidió un servicio de Uber desde una colonia en Mejicanos hasta el sector del redondel de la Integración sin imaginarse que su recorrido iba a ser alterado por el conductor.

El chofer llegó a recogerla a las 7:57 de la mañana del lunes. El recorrido que tenía que realizar el conductor era por el bulevar Constitución Sur y para ingresar al lugar al que iba Verónica tenía que retornar en el segundo redondel, que está ubicado en la gasolinera Texaco El Ángel.

A ella le llamó la atención que no tomó el retorno y continuó en la carretera, por lo que lo cuestionó.

El conductor del Uber se justificó explicándole que desconocía que en ese redondel debía retornar, pese a que iba con las indicaciones de Waze (aplicación social de tránsito asistida por GPS).

Verónica, quien iba en el asiento de atrás, se imaginó lo peor. Pensó que sería raptada y violada, no obstante, en cuestión de segundos, se encomendó a Dios y se armó de valor.

Se le abalanzó y empezó a moverle el volante y le advirtió de que si no regresaban al lugar que ella se dirigía, ambos chocarían, pero que no estaba dispuesta a que se la llevara a otro lado.

El conductor, sin embargo, siguió recto hasta llegar a Apopa y sin ninguna intención de detenerse. A todas las puertas del vehículo les colocó llave.

Verónica empezó a gritarle y advertirle que ya tenía su nombre y la placa del vehículo. El sujeto al escuchar eso, retornó por el paso a desnivel en Apopa y la llevó a donde se dirigía.

Después de llegar a su lugar de destino, la mujer se bajó inmediatamente del automotor y contó a otras personas lo sucedido.