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Judiciales - Dos procesados

Testigos delatan a pandilleros que asesinaron a un hombre en un mesón de la calle Modelo

Los pandilleros no se percataron que durante dos horas dos personas observaron lo que le hicieron a un hombre de 32 años de edad. 

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Imagen referencia.
Testigos delatan a pandilleros que asesinaron a un hombre en un mesón de la calle Modelo

Entre risas, tres pandilleros huyeron a bordo de un vehículo de la escena del crimen que acaban de cometer en un mesón de la calle Modelo, pero ellos nunca imaginaron que durante dos horas habían sido observados por dos testigos que se encontraban escondidos a pocos metros de donde se cometió el homicidio.

Eran las 10:00 de la noche del 17 de septiembre de 2017 cuando el testigo clave “El Delfín” caminaba sobre la primera avenida Sur, en las cercanías del excine México en San Salvador, cuando frente a él, a unos 75 metros de distancia, notó que la víctima,  David Rey Alvarenga, de 32 años, caminaba junto a dos mujeres rumbo hacia el mesón “Rosita”.

Según lo escrito en el expediente judicial, “El Delfín” siguió a las tres personas y vio el momento en el que entraron al último cuarto de habitación del mesón. No habían pasado tres minutos cuando  dos reconocidos pandilleros de la zona llegaron al lugar.

Se trataba de Wilber C, alias “Maniaco”, de 20 años, y Oscar G., alias “Chipi”, de 23, ambos miembros activos de la Mara Salvatrucha que delinquen en los alrededores de la calle Modelo, cerca del parque Zoológico, quienes se acercaban cada vez más al lugar al que había entrado la víctima.

“David vení, quiero platicar con vos”, dijo en un tono soberbio y molesto el “Maniaco”, tocando  fuertemente el portón del mesón. En ese momento, al notar la agresividad con la que iban los pandilleros, el testigo optó por esconderse en un lugar que había servido como taller mecánico  ubicado a unos 35 metros de distancia de donde se encontraban los sujetos.

Al escuchar los golpes en la puerta, Rey Alvarenga salió de su habitación y sostuvo una conversación que  “El Delfín” no pudo escuchar, tiempo después entraron a su habitación y ahí permanecieron por un largo rato.

A pesar de que la puerta estaba cerrada y que los pandilleros habían entrado al mesón, “El Delfín” decidió quedarse escondido, sin hacer ningún ruido que pudiera delatarlo ante los dos sujetos que acaban de llegar.

Sin embargo, a pocos metros, otra persona también había presenciado los hechos. Se trata de "Camaleón", una persona que había llegado a estacionarse frente al mesón minutos antes de que la víctima y los pandilleros llegaran al lugar. Esta persona estaba esperando a un familiar, de quien el expediente no aclara si llegó o no.

Según el “Camaleón”, pasaron alrededor de una hora en la habitación hasta que  el “Chipi” salió por el portón principal, tras él las mujeres que habían llegado con Rey Alvarenga, algo que al “Maniaco” no le agradó y les gritó que regresaran al cuarto y que no llamaran a la Policía o de lo contrario les lanzaría una granada. Tras escuchar la amenaza, las mujeres regresaron a la pieza y no salieron de ahí. Mientras tanto, “El Chipi” se fue del lugar.

El homicidio 

Según los testigos, ya era la medianoche cuando regresó a bordo de un vehículo junto a otro compinche del que no se tiene ninguna pista. Se bajaron del automóvil, pero solamente "Chipi" ingresó a la habitación de la víctima.

Minutos más tarde, “El Chipi” y el “Maniaco” traían de los brazos a Rey Alvarenga, casi arrastrado lo llevaron desde la habitación a la salida del mesón. Además, uno de ellos le apuntaba con un arma de fuego en la cabeza.

Al ver que se lo llevaban del lugar, una de las mujeres salió del cuarto y les pidió que no se lo llevaran, ya que su objetivo era introducirlo al vehículo y llevarlo con rumbo desconocido.

Las suplicas de la mujer llegaron a los oídos del tercer pandillero, quien sugirió al “Maniaco” que el cuerpo lo dejaran a un lado de la entrada principal, y así lo hicieron.

Tiraron el cuerpo y comenzaron a dispararle. Inmediatamente se subieron al vehículo. Se retiraron riéndose por lo que acaban de hacer y huyeron del lugar rumbo hacia el Zoológico. Mientras tanto, la mujer que había pedido que no se lo llevaran trataba de contener con sus manos la sangre que salía del cuello de la víctima.

Tanto “El Delfín” como el “Camaleón” optaron por esperar un tiempo prudencial para salir de sus escondites sin ser detectados por ninguna persona del lugar, ya que poco a poco los lugareños llegaron a la escena del crimen.

La llegada de la PNC

Los impactos de bala escuchados en la zona alertaron a las autoridades de la Policía Nacional Civil (PNC), quienes rápidamente llegaron al lugar y encontraron a la mujer tratando de contener la sangre de la víctima y a otras personas cerca de la escena del crimen.

Según información oficial, los agentes escucharon que entre las personas que habían llegado a la escena se encontraban testigos que aseguraban que  Wilber C. y Oscar G., ambos mecánicos automotrices, habían sido los que asesinaron al hombre que en ese momento no había sido identificado.

De acuerdo a la inspección realizada PNC, la víctima tenía tres impactos de bala en diferentes partes de la cabeza y murió de inmediato en el lugar. 

No fue hasta finales de noviembre de 2017 que los imputados fueron capturados por las autoridades y llevados al penal de San Miguel, en donde esperaran hasta que el Juzgado 6° de Sentencia lleve a cabo el juicio en su contra por el delito de homicidio agravado.

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