• Diario Digital | lunes, 18 de marzo de 2024
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Los poetas después de la muerte de Ricardo Lindo

Los poetas después de la muerte de Ricardo Lindo

Mueren tantos al día en este pequeño paisito y va y hace un año se muere Ricardo Lindo. Dios odia. ¿Cómo será que uno adquiere cirrosis de tanto andar caminando acurrucado por las calles de la ciudad que cada vez es más y otras veces amanece menos peligrosa del mundo? Así de repente arrojando humos por unos dientes amarillos se acerca como viejo levanta efebos y me dice: —me gusta lo que escribes— y cuando decido pedirle una dedicatoria no puede porque está agonizando y argumenta que eso puede ser cansado. ¿Qué clase de escritor no sirve ni para un autógrafo? Mejor aún, ¿Qué clase de escritor se ve imposibilitado de vivir porque va a dedicarse a muerto? El nuevo poeta no tendrá que ser ya un ebrio consuetudinario. Eso ya lo fue Roque. El nuevo poeta tampoco deberá ser gay, eso lo fue Lindo. El nuevo poeta deberá ser pansexual y evolucionar a spornosexual si desea rozar la posteridad y deberá reconocer en público que fuma mariguana legalizada en hojas de la Biblia, arrancadas de la parte del Apocalipsis y culpar a los acmeistas. Amén. El nuevo escritor para justificar por qué no sale huyendo y vomitando de este país deberá reconocer que es necrófilo ya que algo de eso tiene quien camina entre muertos del pasado, de ahora y futuro. Es ir reconociendo entre líneas que cadáveres serán todos aquellos que se negaron a reconocer que la tierra, aunque al caminar sea recta, no es plana. El nuevo escritor entonces mirará hacia atrás solo para repetir el escándalo que antes ya hicieron otros y obligado esta a hacerlo peor, y también mirará atrás para caminar de espaldas al futuro riéndose de los que se quedan allí en eso que llaman pasado. El nuevo escritor tendrá que explicar en algo que recibirá el titulo de novela nacional por qué en 196 años son más los salvadoreños vivos que muertos por más que matamos a diario, sí, tendrá que escribir la nueva historia que se llamará: El día que todos finalmente se fueron de aquí. Solo así podrá aspirar a ser algo de los poetas que le precedieron. Para mientras se hunden en la mar barquitos de papel arco iris con cenizas humanas, pasará nada. La vida se apagó, como se apaga lentamente el fuego de la fogata frente al mar al amanecer.

Ricardo Lindo murió en octubre de 2016

Jamás recibió el Premio Nacional de Cultura.