Su nombre es NGolo Kanté, juega de mediocampista, tiene 27 años, es seleccionado nacional de Francia y actualmente juega con el Chelsea inglés. Pero al igual que otros futbolistas que en estos momentos juegan en el mundial de Rusia 2018, su niñez y juventud no fueron de fama y abundancia. 

Cuando aún era niño perdió a su padre, por lo que tuvo que irse a las calles, a los barrios pobres de Francia a recoger chatarra para venderla y ayudar a su familia. Le tocaba caminar grandes distancias en busca de material reciclable.

Kanté es considerado un jugador especial, distinto, un futbolista que se sale de los estereotipos de las estrellas. No suele vestir ropa de marca y tampoco tiene una flota de automóviles. Le basta con un Mini Cooper, mismo que cambió por la moto Scooter con lo que llegaba a entrenar en sus comienzos.

"Es un gigante, el mejor del mundo en su posición. Debe tener 15 pulmones, de lo contrario no entiendo cómo puede correr tanto", dijo su compañero de la selección gala, Paul Pogba, sobre el jugador de un metro 68 centímetros, misma estatura que mide el argentino Lionel Messi.

Kanté es un futbolista francés de ascendencia maliense. Antes de jugar en el Chelsea lo hizo en el Leicester, con el que fue campeón en la Liga Premier inglesa. El equipo pagó nueve millones 400 mil dólares por él. Un año después lo vendió al Chelsea por 38 millones 700 mil dólares. Ahora lo quieren clubes como el Real Madrid.