• Diario Digital | jueves, 18 de abril de 2024
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Internacionales - Junto a su familia

Exagente de la PNC tramita asilo político en Estados Unidos al sentirse amenazado por mareros

El de el exagente es uno de los 10,000 casos de salvadoreños solicitando resguardo en Estados Unidos, país que solo ha beneficiado a un 13% de estos en los últimos cinco años.

Policía
Exagente de la PNC tramita asilo político en Estados Unidos al sentirse amenazado por mareros

Un expolicía y su familia solicitan asilo político en Estados Unidos debido a la situación actual que se vive en el país, misma que los obligó a irse "mojados" rumbo a ese país buscando mejorar las condiciones de vida y además huyendo del peligro de representar a la ley salvadoreña.

En una entrevista condedida para el portal de la organización Tribuna de Texas, el agente identificado únicamente con el nombre de Roberto recordó que la decisión que tomó fue cuando se involucró en un caso de un marero que asesinó a madre e hija, llevándolo a pensar que esas pudieron haber sido miembros de su familia.

Cumpliendo una ronda de patrullaje el agente localizó a un marero que había dejado abandonada una moto a pocos metros donde estaba cabando un hoyo para depositar los trozos cortados de los cuerpos de dos mujeres a quienes les había dado muerte horas antes.

El agente recuerda que al estar el delincuente sin armas optó por luchar a mano limpia con este, y que luego de unos minutos y con la ayuda de otro miembro de la corporación pudo neutralizar al delincuente para ponerlo a dispocisión de la justicia. Pero este hecho cambio para siempre la vida del agente que sirvió al país por 17 años.

Ese marero y varios de sus compinches recuperaron su libertad, provocando un acecho a la vida del exagente que optó por la salida más segura. "Tarde o temprano, iban a tomar represalias en contra de mi familia. Si consiguen matar al agentevan a matar a sus hijos, matar a su esposa, su madre, su padre, su hermano, cualquiera en su familia para infligir dolor ".

Este nivel de criminalidad es lo que alegó el expolicía ante las autoridades migratorias estadounidenses para que se le conceda el asilo político, ya que quiere hacerle ver a estos que su antiguo puesto de trabajo hace que su retorno al país ponga en peligro su vida.

Roberto recuerda que cuando se convirtió en un detective estaba seguro que se retiraría de la PNC con altos honores, honrando la memoria de su padre que murió cuando él tenía tres años, pero a medida que la seguridad se deterioró en El Salvador en los últimos años, decidió unirse a las masas que huyen hacia el norte.

El exagente confiesa que en mayo de 2015 vendió su carro para completar los $12,000 que le cobraba un "coyote" que ya había llevado hasta Estados Unidos a su esposa y su dos hijas. Luego de un mes de viaje por fin llegó a Austin Texas, eso si antes estuvo detenido ya que era parte de su estrategia.

"No fue fácil dejar todo atrás. Había trabajado y estudiado duro para convertirme en un investigador de la policía. Me gustaba mi trabajo, a pesar de que sólo recibía $450 por mes", recordó Roberto quien ideó un plan para al menos garantizar su estancia en suelo norteamericano.

Durante los últimos meses los migrantes salvadoreños han optado por una nueva modalidad para llegar a Estados Unidos. Al solo entrar en territorio estadounidense estos ya no se esconden o huyen de la patrulla fronteriza. Al contrario buscan a gente de uniforme a quienes  se le entregan alegando persecución de criminales.

Posterior a unos días Roberto se reunió con los miembros de su familia, pero se le otorgó una cita para acudir a una corte de migración. Lugar en el que tendrá que probar que tienen un temor bien fundado de ser perseguidos o asesinados si se le obliga a regresar a su país de origen.

Roberto y sus abogados fueron a la corte de inmigración con testimonios de otros exagentes de la PNC, un exinformante de la policía y un ex-fiscal en el que se constataba la situación por la que este había pasado en el país producto de su trabajo.

El juez rechazó la petición citando un caso de 1980 de la era de la participación de un oficial de policía salvadoreña llamado Fuentes quien se le negó el asilo en razón de que su empleo era inherentemente peligroso. Sus abogados ya preparan la apelación para evitar una deportación.

Al mismo tiempo han iniciado los trámites para que se le otorgue un permiso de trabajo. Mientras tanto el salvadoreño trabaja como pintor en Austin. Mientras que sus hijos se educan en una escuela pública de dicha zona de Texas.

"Muchos de mis colegas están muertos. Fueron asesinados. Otros - los que pudieron salirse - han venido aquí, a los Estados Unidos o España o Canadá ", remarca Roberto quien dice haberse quitado -de momento- aquella sensación de estar las 24 horas en peligro de muerte.

Expertos consultados por este caso señalan que sólo ser un expolicía no es suficiente para aplicar al beneficio. Los tribunales de inmigración generalmente presumen que quienes optan por ser policías conocían los riesgos cuando tomaron dicha decisión.

Además de la carga que se tiene en caso de salvadoreños. En los últimos cinco años estos procesos se han triplicado pasando de 2,900 en 2011 a más de 10,000 el año pasado. Durante ese período se abandonaron muchos más casos, que nunca llegaron al despacho de un juez de inmigración para una decisión final.

De los 10,000 casos presentados por salvadoreño solamente en un 13% se ha dictado fallo a favor de los migrantes.

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