La operación militar León Naciente que preparó la inteligencia de Israel durante diez meses y empezaron a ejecutar hoy las Fuerzas Armadas tiene como objetivo estratégico anular el sistema de defensa de Irán, destruir sus fábricas de drones y misiles balísticos, y eliminar a todos los científicos que diseñaron y construyeron el proyecto nuclear de los ayatolás.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, conocía el proyecto secreto de Benjamín Netanyahu, pero se inclinaba a una solución negociada con Irán. Y así se lo hizo saber al primer ministro de Israel, quien solo cree en la opción militar para terminar con la capacidad atómica de Teherán.

Pero en los últimos días, Trump asumió que el líder religioso Ali Khameini no aceptaría su modelo de acuerdo diplomático, y ante la insistencia de Netanyahu, dejó de considerar el diálogo con Irán como la mejor opción.

Trump no tenía todos los detalles de la operación León Naciente, pero desde Jerusalén informaron al Salón Oval que la acción preventiva iniciaría en la madrugada de este viernes 13 de junio. El mandatario ya no puso objeciones y Netanyahu consideró esa actitud como si fuera una luz verde.

La operación contra Irán fue preparada durante 10 meses y el Mossad -servicio de inteligencia exterior- tuvo un protagonismo clave por su actuación en territorio enemigo.

Con las tareas encubiertas del Mossad, las Fuerzas de Defensa israelíes (FDI) definieron una línea acción que abarcó a toda la maquinaria militar-industrial iraní.

Esa línea de acción, aprobada por Netanyahu, establece:

1. Aniquilación de la cadena de mando de las Fuerzas Armadas de Irán.

2. La eliminación de 25 científicos -al menos- que montaron el proyecto nuclear que permitirá a Irán tener la bomba nuclear.

3. Sabotaje de las fabricas de drones a lo largo del país.

4. Bombardeo de las instalaciones que se usan para enriquecer el uranio.

5. Destrucción de las plantas de ensamblado de los misiles balísticos.

6. Incapacitar el sistema de defensa antiaérea de Irán.

La operación Leon Naciente tiene una fecha de inicio -hoy, 13 de junio- y se planificó para que sea ejecutada en un máximo de dos o tres semanas.

Hasta el momento, la operación tiene resultados satisfactorios. No hay bajas conocidas en las tropas israelíes y ya se han confirmado fuertes estragos en el sistema militar de Irán.

Acorde a la información obtenida por Infobae en Jerusalén y Tel Aviv, los resultados hasta ahora son:

1. Fueron anulados el jefe del Estado Mayor, general Mohammad Baqeri; el comandante en jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, general Hossein Salami; el comandante de Khatam al-Anbia, general Gholamali Rashid; y el comandante de la Fuerza Aérea de la Guardia Revolucionaria de Irán, general de brigada Amir Ali Hajizadeh.

2. De la lista de 25 científicos a eliminar, ya habrían caído Abdolhamid Minouchehr, Ahmadreza Zolfaghari, Amirhossein Feqhi, Mohammad Mehdi Tehranchi y Fereydoun Abbasi.

3. Se sabotearon fábricas de drones y plantas donde se arman los misiles, pero no se completó la lista definitiva.

4. Queda pendiente la destrucción de los laboratorios subterráneos que se usan para enriquecer el uranio.

La operación León Naciente tiene una fase ofensiva y un capítulo defensivo. Tras las primeras incursiones en territorio iraní, Israel puso en marcha un mecanismo de defensa para anular los drones y misiles balísticos que se lanzaron por instrucción del líder supremo de Irán, Ali Khamenei.

En este contexto, como sucedió con la fase ofensiva, los movimientos defensivos se concentraron afuera de las fronteras israelíes. Es decir, la destrucción de los misiles y los drones sucede en Siria o Irak para evitar que caigan en Israel.

Estas maniobras de defensa merecieron un profundo trabajo de inteligencia para discernir las rutas y las capacidades técnicas de los misiles y drones lanzados desde Irán.

Hasta las 16:00 (hora de Israel), la ofensiva aérea de los ayatolás fracasó. Ni un solo misil o drone había impactado en territorio israelí.