Una madre de familia fue asesinada mientras dormía por sicarios contratados por un narco a quien la mujer le prohibió tener cualquier contacto con su hija de 11 años luego de descubrir una relación amorosa que sostenían. La menor y su otra hija son complices del hecho.

De acuerdo con la información revelada por el periódico argentino La Nación. Serafina López denunció ante las autoridades argentinas a un narco quien según ella tenía "hipnotizada" a su hija menor a quien además manipuló para que dejara entrar a los hombres que acabarían con la vida de su madre.

La familia de origen paraguayo llegó en 2014 a tierras argentinas y trabajaba limpiando oficinas para pagar las clases de inglés que recibía la niña de 11 años, quien en lugar de acudir a clases se iba con el novio, Cosme Báez, que le llevaba 17 años de diferencia.

Luego de interponer la denuncia el propio Báez fue a encarar a López junto a dos compinches. "Si no retirás la denuncia, te mato", fueron las palabras del hombre quien recibió como respuesta de la madre "no te tengo miedo. Si tengo que morir por mi hija, entonces moriré...".

Pero los esfuerzos de la madre eran en vano y la insólita relación continuaba por lo que interpuso una denuncia por violación, ya que se enteró de los encuentros sexuales que sostenía la pareja. Siete días después de la segunda denuncia fue asesinada mientras dormía.

En testimonio de su otra hija -de 16 años- las autoridades conocieron que las hijas de Serafina fueron quienes abrieron la puerta de su casa a Báez, un sobrino de López y su novia y otros dos sicarios -menores de edad- para que ejecutaran de un disparo en la cabeza a la paraguaya.

Posterior a la ejecución Báez huyó con su novia durante un mes, hasta que las autoridades lo capturaron y encontraron a la niña deambulando en una terminal de buses con la ropa que llevaba puesta el día del asesinato de su madre.

En el juicio a realizarse el próximo 10 de agosto, las autoridades han solicitado cadena perpetua contra el narco, mientras que la hija mayor de Serafina, que fue procesada por homicidio agravado por el vínculo, y su primo y la novia, imputados por homicidio agravado por alevosía.

Tanto la niña de 11 años como uno de los sicarios fueron declarados inimputables. El otro sicario continúa prófugo.

La familia de Serafina espera que el hombre quede detenido. "Tienen miedo de que lo dejen en libertad y vaya a Paraguay a matarlos", declaró la abogada acusadora quien además solicitó ayuda sicologíca para la niña, que hoy tiene 12 años y "está a la buena de Dios".