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Turco sospechoso de asesinar a activistas kurdas en París muere antes del juicio
El acusado, que sufría una grave enfermedad al cerebro, era único inculpado en el caso por la muerte de tres mujeres, incluyendo la activista Sakine Cansiz, una de las fundadoras del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

Un ciudadano turco acusado del asesinato en 2013 de tres activistas kurdas en París murió este sábado mientras estaba hospitalizado en la capital francesa, dejando inconcluso el proceso judicial en su contra, informó a la AFP una fuente judicial.
Omer Güney, de 34 años, murió el sábado en la mañana en el hospital Pitié-Salpétrière, precisó la fuente.
El acusado, que sufría una grave enfermedad al cerebro, era único inculpado en el caso por la muerte de tres mujeres, incluyendo la activista Sakine Cansiz, una de las fundadoras del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
El juicio por los cargos de "asesinatos relacionados a una empresa terrorista" estaba previsto para enero, pero ahora la causa queda extinta.
Las tres activistas fueron tiroteadas en la cabeza en pleno día, en los locales del Centro de Información del Kurdistán (CIK), en París.
Los abogados de las partes civiles expresaron en un comunicado la "rabia de las familias de las víctimas, que fueron privadas de un proceso público que esperaban desde hace casi cuatro años".
Las representantes legales expresaron en un comunicado "su consternación de ver que, una vez más, Francia sigue siendo incapaz de juzgar un crimen político cometido en su territorio por servicios secretos extranjeros".
En la investigación, las autoridades francesas habían señalado la "implicación" de miembros de los servicios de inteligencia turcos (MIT) en el triple asesinato, indicó una fuente cercana al caso.
Pero la fuente indicó que la investigación no permitió determinar si los agentes actuaron "con el aval de su jerarquía" o "a espaldas de ella con el objetivo de dañar el proceso de paz", que entonces sostenía el gobierno turco con el PKK, que finalmente fue abandonado.
Durante el proceso de instrucción, Omer Güney negó las acusaciones pese a numerosos elementos en su contra, como el video de la cámara de vigilancia que lo muestra entrando al local y a los rastros de pólvora y del ADN de una de las víctimas encontrados en su ropa.
El acusado comenzó a frecuentar las asociaciones kurdas a finales de 2011, pero su entorno lo describía como un turco ultranacionalista. La fuente del caso indicó que su estrategia era infiltrarse en el movimiento para "vigilar y espiar" y con objetivo de "eliminar a miembros del PKK".
Los servicios secretos turcos desmintieron oficialmente en enero de 2014 cualquier implicación en los hechos.