Escribo desde China, no es broma ya llevo un par de días por acá, repaso cada uno de los reportajes y comentarios que se hacen sobre #LaPalabraDePablo y no puedo evitar que más de una lágrima, traviesa y mal educada, se escape.

Más allá de perderme lo efímero que puede significar esos 5 minutos de fama bajo los reflectores y la alfombra roja quería desde acá extender mis abrazos y cruzar los mares para decirle a Arturo Menéndez que me siento privilegiado de apoyarle, por minino que sea, en sus proyectos. 

Hace casi un mes coincidimos con Merlin Barrera, Viceministra de Economía, en que los logros obtenidos de La Palabra de Pablo, en los diferentes Festivales de  Cine Y la compra de los derechos de distribución por HBO y Sony para America Latina, era algo digno de celebrar. 

Y no era para menos:  pues bajo su tutela el proyecto de Píxels, que también ha ayudado a financiar otros proyectos en la rama de industrias creativas, aportó con un financiamiento histórico al proyecto de Arturo, para que se pudiese concretar. Para mi, creo que le dije, es una obra por la que deberíamos sentirnos orgullosos como salvadoreños, por todo lo que Arturo y su equipo habían logrado. La Viceministra ni corta ni perezosa, nos dijo: “vamos hacer un evento de Alfombra Roja para darle a La Palabra de Pablo el reconocimiento que se merece”, “estoy segura que la empresa privada va apoyar esta idea” concluyó sin dejar espacio a la duda. 

Dicho y hecho, desde Shangai he seguido de cerca esa celebración y desde aquí pude ver el rostro de Cesar y Delia conmocionados en las butacas apreciando en la pantalla gigante la obra de su hijo. También sentí la mirada llena de orgullo de Andre Guttfreund y Jorge Dalton eternos acompañantes de las locuras ingeniosas del Director Menéndez, quienes han sido los padres adoptivos del genio, en el ámbito cinematográfico.

Si, aquí en medio de palillos chinos saboreando el pato pekinés, pude olfatear el perfume de mi adorada Thirza Ruballo, a la par de mis hijos Diego Figueroa e Imanol Neira, que esperaban impacientes que  se apagaran las luces de la sala y se proyectarán los primeros créditos de la peli.

Que chivo va vos que a partir de hoy en todas las salas de cine de nuestro pequeño El Salvador vamos a tener La Palabra de Pablo, para que podamos disfrutar de una película salvadoreña cuyo Director además de talentoso es un querido amigo a quien no importa dónde estemos y cómo estemos, no dudaré en seguir prestándole nuestros juguetes para que siga haciendo travesuras, haya o no haya presupuesto. 

Arturo, te quiero.