El Tribunal Sexto de Sentencia de San Salvador condenó a 180 años de cárcel a Luis Eduardo Mejía por asesinar con cuchillo a su padre, hermano, abuela y madrastra, para apropiarse de una herencia.

Las víctimas, Óscar Eduardo Mejía, de 65 años (el padre); Óscar José Mejía, de 36 (el hermano); María Miranda Mejía, de 97 (la abuela); y Julia del Socorro Santos de Mejía, de 66 (la madrastra), fueron encontrados asesinados en el interior de su vivienda en la colonia Scandia, del municipio de Ayutuxtepeque, en San Salvador.

La vista pública se realizó durante varios días, en donde declararon policías que llegaron al lugar del cuádruple homicidio, así como peritos que inspeccionaron la escena y dos testigos que gozan de régimen de protección.

Un testigo declaró que Luis Eduardo Mejía le comentó que estaba harto de "andar acabado" (estar sin dinero) y que solo existía una manera de arreglar eso y era asesinando a su familia paterna. Todo eso lo expresaba "de manera fría", dijo el testigo.

Asimismo, el testigo aseguró que Mejía planificó asesinar a sus familiares con un arma de fuego, en un primer momento, pero se retractó ya que, dijo, los disparos harían mucho ruido. Por lo que era mejor hacerlo con un cuchillo y que lo iba a mandar a afilar.

Otros testimonios detallaron que Mejía tenía problemas con su familia y que los extorsionaba. De hecho, ya tenía prohibida la entrada a la vivienda de sus familiares.

El juez valoró todas las pruebas y detalló: “Para este juzgador se llega a una conclusión: que Luis es responsable, que cometió el delito con saña y con alevosía. Además, el hecho fue realizado con abuso de superioridad, por motivos de herencia y quedarse con los bienes".

El cuádruple homicidio ocurrió el 18 de marzo de 2021 a las 3:00 de la mañana. Al llegar al lugar, la Policía encontró los cuatro cuerpos dentro de la casa. Luis estaba herido y brindó una declaración a los agentes en la que decía que ladrones entraron a robar y mataron a sus familiares. También mencionó que le habían disparado a él, pero nunca se encontraron casquillos de bala, por lo que los investigadores empezaron a sospechar de él.

Al ser trasladado a un hospital, le confesó a la persona que lo acompañaba que él fue quien mató a su familia y que por ello se sentía miserable.