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Judiciales - San Salvador

Condenan a 100 años de cárcel a hombre que asesinó a una madre y a su hija en Ilopango

El juzgado también condenó a 60 años de cárcel (30 por cada crimen) a un cómplice del asesino.

Cristian Geovanny Miranda Müller feminicidio Villaflores
Fotos EST/Archivo
Condenan a 100 años de cárcel a hombre que asesinó a una madre y a su hija en Ilopango

El Juzgado Especializado de Sentencia para una Vida Libre de Violencia y Discriminación para las Mujeres de San Salvador condenó a 50 años de prisión a un hombre que asesinó a una madre y a su hija en una residencial privada del distrito de Ilopango, en el departamento de San Salvador.

El condenado es Christian Geovanny Miranda Müller, quien fue declarado culpable de dos feminicidios agravados. Los hechos ocurrieron entre el 12 y el 13 de mayo de 2021 en la residencial Villa Flores, de Ilopango. Los cadáveres de las víctimas fueron encontrados por las autoridades cuatro días después, cuando vecinos denunciaron un mal olor proveniente de la casa número 21 de esa urbanización.

De acuerdo con las investigaciones de la Fiscalía General de la República, Miranda Müller sostuvo una relación de pareja con la madre, Yolanda Claribel Ventura, de 25 años de edad, y ya que su presencia era frecuente, lo dejaban ingresar libremente a la residencial Villa Flores, donde vivían las víctimas.

El 17 de mayo de 2021, tras denuncias de los vecinos, la Policía Nacional Civil ingresó a la vivienda y encontró los cuerpos de Ventura y su hija de cinco años de edad, que tenían heridas cortantes, cortocontundentes y cortopunzantes alrededor del cuello y distribuidas en el cuerpo.

A través de pruebas documentales, testimoniales y periciales, la Fiscalía acreditó que Miranda Müller fue el autor directo de los feminicidios, por lo que fue sentenciado a 50 años de prisión por cada víctima. 

Por otra parte, el juzgado también condenó a 60 años de cárcel (30 por cada feminicidio) a Ronald Antonio Hernández por haber desempeñado la función de cómplice necesario en los crímenes.

El Juzgado identificó violencia simbólica en el hecho de que las víctimas fueran atacadas en su propia vivienda, así como un grado de saña y desvalorización en la vida de una de las víctimas quien no tenía otra vinculación con la situación que ser familiar de la persona que tuvo una relación de pareja con el feminicida.

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